Metro de Panamá, la gente y lo políticos


Metro de Panamá, la gente y lo políticos.  Orlando Acosta Patiño.  Septiembre de 2016.


http://www.prensa.com/opinion/Metro-gente-politica-Orlando-Acosta_0_4570792992.html

Desde su apertura hace dos años, el Metro de Panamá viene impactando la dinámica urbana de la ciudad de Panamá.  En ausencia de una política explicita de movilidad urbana y lejos otra de planificación de la ciudad, el Metro viene estableciendo la dirección del crecimiento y funcionamiento de la ciudad.  La ley le otorga a la Secretaría del Metro  “el planificar, promover, dirigir, regular, coordinar, supervisar, disponer, controlar y ejecutar las obras de infraestructura y equipamientos para el Metro, así como de su operación, seguridad, administración, mantenimiento, expansión y la prestación de los demás servicios relacionados con él”.   Una prestadora de servicio tendrá como responsabilidad la de establecer la política de desarrollo urbano de la ciudad mediante la gestión de una infraestructura de transporte.   El Metro establece una diferencia en la calidad de un componente importante del sistema de movilidad urbana y revela la participación de otros actores claves.  Con el Metro, la ciudad de Panamá, las gentes,  los políticos y los votos tendrán un antes y un después.   
El funcionamiento de la línea uno del Metro establece una relación diferente entre los usuarios aún por estudiar. Los sociólogos, antropólogos, planificadores y demás especialistas de las  ciencias sociales tienen temas de investigación bajo  segregación social-espacial,  economía y movilidad urbana.  En el Metro observé hombres y mujeres de diversas edades y estratos sociales.  Trabajadores, ejecutivos, estudiantes, indígenas, adultos mayores todos bajo la misma necesidad de moverse por la ciudad. Allí converger una diversidad social que se mezcla entre la oferta de transporte  y que logra conectar oferta de trabajo y demanda de servicios económicos.   
Mi primer viaje  fue en dirección Iglesia del Carmen- Ingenio hacia San Isidro. La observación   me indicó que la mayoría que viajaban eran en su mayoría obreros y trabajadores y estudiantes.  Son ciudadanos de estratos populares que trabajan articulados al  sector servicio del centro económico y financiero y que se desplazan hacia sus comunidades en el Distrito de San Miguelito.   De origen espontáneo y carácter popular,   se consolida como parte de la ciudad y se integra mediante el Metro, al distrito de Panamá.   Esto rompe de manera parcial con una relación de iniquidad y segregación económica- espacial.   
Mi decisión, postergada en usar el Metro,  sigue y está limitada a la ausencia de estacionamientos para dejar el carro en la terminal de Albrook y utilizar el nuevo sistema.  El Metro no ha sido  -aún- capaz de generar estacionamientos  para integrar a  otros usuarios a  la oferta del Metro.  Allí hay una oportunidad para la Secretaría del Metro  de coordinación entre  las Alcaldías de Panamá y San Miguelito.  ¿Será que los accesos de las terminales tendrán estacionamientos para albergar parte del creciente parque automotriz – de 1 600 000 unidades y que se incrementa a razón de 60,000 unidades al año?    ¿Será la Secretaría del Metro capaz de catalizar una estrategia global de reducción de emisiones de gases de invernadero?  Lo institucional, lo ambiental-político- administrativo no viaja en el  Metro.    
Las confortables estaciones del Metro son de  una pulcritud que contrasta con la suciedad de las calles donde desemboca el servicio. Fuera de ellas la ciudad expone una diferencia notable y cualitativamente diferente.  Con amplios accesos y cómodas escaleras,  zonas de andenes climatizadas, seguras y señalizadas. Fuera,  la ciudad  decadente, caótica, sofocante, hostil y sucia.  En la salida,  por Vía Venetto, la basura  está  regada por las aceras y alcantarillas. Las cajas y registros de agua sin tapa se transforman en trampas.   El tamaño de las aceras compiten por el uso del espacio entre peatones y los buhoneros de cuára y dólar que  se aprietan entre recuerdos, que te ofrecen bajo el grito de  My Name is Panama.    
La imagen del “sector turístico y hotelero” es de  deterioro. Los edificios dilapidados por la falta de mantenimiento y la contaminación visual pone la nota disonante.   La experiencia del primer mundo del Metro de Panamá se esfuma  de forma inmediata como espejismo en el desierto.  Tuve la sensación de estar dejando una dimensión de desplazamiento confortable para  pasar a otra insegura, fea y llena de obstáculos. El ciudadano que usa el metro -de manera instantánea- se transforma en habitante. La enorme y millonaria inversión del Metro de Panamá no ha sido lo suficientemente dinámica – aún- para ir transformando la ciudad. 
Tengo la percepción que la misión  y acción del Metro no  ha logrado aún  integrar y  articular actores del sistema administrativo de la ciudad para identificar y priorizar la inversión en urbana  como una estrategia integral para articular elementos disociados de ambiente y movilidad urbana en ciudad de Panamá.
Lo que concluyo, es que siendo el Metro una red que atraviesa diversos espacios administrativos y electorales, la inversión en mejoras de los accesos  de las estaciones son  identificadas, administradas y elegidas por diferentes Alcaldías. 
La inversión en movilidad urbana integrada al Metro podría estar mediatizada por el interés de reelección  de los Alcaldes.  Declarada la aspiración de la figura del actual Alcalde del distrito de Panamá, no nos sorprende que la inversión en las aceras de Vía España –con dineros de la descentralización- va en esa dirección. Mejorar el acceso a las estaciones con platas de los impuestos “de mi distrito” es mi ganancia electoral.  Me parece que la inversión en el soterramiento de cables y mejora de aceras del “muerto” de Calle Uruguay tiene otros objetivos similares  cuando las platas que financian campañas están bajo un lente de opacidad.   
El metro de Panamá ofrece una oportunidad interesante para los políticos, gobernantes y electores.  Hay una oportunidad de revestir de trasparencia la inversión de proyectos urbanos que logren articular la estrategia esbozada en el tema de movilidad urbana e impulsada por el Metro.  Emerge una fuente de investigación que permite documentar, entender y proyectar las políticas urbanas que genera uno de los elementos más dinámicos que se habrá construido para integrar la Región Metropolitana.
 

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