Momentos mágicos, otra mirada

http://impresa.prensa.com/opinion/Momentos-magicos-Orlando-Acosta-Patino_0_4375062521.HTML


El tema de la educación en Panamá se discute como uno de los factores clave para mover nuestro país hacia otra condición de bienestar. La crisis de la educación en su contenido se refleja, entre otros aspectos, por la ausencia de componentes culturales que reafirmen lo nacional y que exalten los valores locales. Soy de la convicción de que los recursos deben apoyar a una gestión integral para impulsar el cambio que mueva a esta pobre sociedad hacia otro estado de desarrollo. El enfoque integral y una visión desde lo local nos hará más competitivos en una sociedad cada vez más global. Bajo estos argumentos, considero que fue un desatino la decisión de organizar y asignar fondos de la Alcaldía para un desfile navideño de contenido extranjero. Se desaprovechó la oportunidad de convocar, de forma masiva, a los habitantes del distrito más poblado del país a un evento cultural que ofreciera la ocasión de contribuir a procesos de educación y promover conductas positivas en temas sensitivos, como basura, salud, agua y bienestar general. La iniciativa del burgomaestre generó un informe en el que consta toda la basura que produjo el desfile navideño. Se coordinó y desplegó un operativo para ubicar 200 recipientes adicionales a los 120 tanques industriales de basura, y 30 equipos de recolección en la cinta costera, que quedó llena de desperdicios sin posibilidad de separarlos ni reciclarlos. Con ese esfuerzo masivo no se logró cambiar la conducta de la población, pero la huella urbana quedó expresada en ese barranco de basura. Se desaprovechó la posibilidad de construir un discurso para el reciclaje y la reducción de los desechos. El informe del impacto económico señala que el desfile de Disney, Momentos Mágicos, al que asistieron cerca 480 mil personas, generó más de $8.1 millones en la economía local. Pero, ¿qué pasó con el ingreso por consumo? ¿Quedó, acaso, en las cajas registradoras de los almacenes que patrocinaron el desfile y cuyos logos se veían por cadena nacional de televisión? La Alcaldía valoró el impacto en la economía de la ciudad (en esa de quiosco y carretilla): “110 puestos habilitados para la venta a lo largo de la cinta costera”. Así se movilizó la economía, hacia adelante y hacia atrás, con la inversión de fondos públicos. ¿Para quién trabajó la Alcaldía? ¿Para quiénes se invirtieron tus impuestos? Esta se enorgulleció al señalar que pagó los derechos por el uso de piezas artísticas, y por una pauta regional que salió en todos los medios Disney, desde el 12 de octubre (Disney Channel, Disney XD, Disney Jr, Radio Disney, disneybabble.com, disneylatino.com) en Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Colombia, Venezuela, República Dominicana y Panamá. También pagó por el desarrollo de artes y los derechos de transmisión en televisión abierta y por el toque final de 10 minutos de fuegos artificiales, lanzados desde tres puntos. Así se gastó una millonada de recursos de la ciudad, pero los beneficios económicos de esa inversión se fueron a los bolsillos regionales. El beneficio económico de la Alcaldía respecto al billullo que dejaron los “12 mil 125 turistas”, en la economía local, tras la inversión de $3.5 millones, es débil. La simple suma y multiplicación de dinero por visitante reafirma la estrecha visión que se ha combatido desde hace décadas en foros de desarrollo, en los que se confunde riqueza económica con bienestar y desarrollo. La Alcaldía y sus asesores que intervinieron en el concepto y diseño del esquema del desfile Disney rebasan las amanecidas y estrechas visiones de “entre más dinero, más desarrollo”. Las cifras del dinero que se movilizó son simples multiplicaciones, que debilitan esos argumentos de “bienestar y desarrollo” para justificar el desfile. De manera pública, hicimos aportes sobre el contenido de ese evento de Navidad, escenario que se pudo aprovechar para reforzar la memoria, mediante el rescate de personajes de la imaginación popular panameña, como la Cucarachita Mandinga, el Ratón Pérez y Tío Conejo. Se desaprovechó la ocasión de contar historias y referir lo nacional para afirmar procesos de educación e identidad. Con orgullo extranjero, el alcalde declaró que “los asistentes fueron testigos de un espectáculo, en el que 60 personajes de Disney deleitaron a niños y adultos”. De manera contradictoria, los actores locales fueron los muchachos de las bandas musicales –con ranking internacional en Nueva York y Londres– lo que evidencia que lo panameño tiene calidad y vende, aquí y allá. En definitiva, la invasión Disney retrató la vieja escuela de los políticos panameños. El desfile –lo que costó y la historia que contó– es reflejo del interés de los apetitos políticos de las autoridades para catapultar su imagen de cara a futuras elecciones. Los ciudadanos responsables y los trabajadores de la cultura tenemos el compromiso ético y moral de abordar estos temas para educar y producir cambios en la mente de los habitantes del más rico y populoso distrito del país y para que se derrame el grueso del beneficio económico en bolsillos locales. - See more at: http://impresa.prensa.com/opinion/Momentos-magicos-Orlando-Acosta-Patino_0_4375062521.html#sthash.Lby9VH30.dpuf

Entradas populares de este blog

De los proyectos urbanos, la cinta costera y de la verdolaga en nuestras playas.

La Administración del Patrimonio Munidial y la condición de los sitios panameños.

Al notable panameño conocido como El Darienita Universal, José de la Cruz Herrera.