Política cultural: sitio de patrimonio mundial

Política cultural:
Sitio de patrimonio mundial. Orlando Acosta Patiño. Noviembre de 2014.

Ante la ausencia de una voz oficial que informe sobre el alcance los compromisos de Estado frente al sitio de patrimonio mundial, extraigo para la comunidad interesada, datos interesantes provenientes de la página de Unesco http://whc.unesco.org/en/list/790/documents/. Ante la complejidad de éstos solamente dedicaré espacio para hablar sobre los acuerdos reconocidos por Panamá, temas que fueron objeto de una visita técnica de alto nivel que ocurrió el año pasado, y cuyos resultados quedaron consignado en el mismo sitio web. Invito a entrar al vínculo sugerido para ampliar.

De la información se desprenden compromisos sobre los límites del sitio y otros relacionados a la administración del sitio de patrimonio mundial, particularmente a los planes de manejo. El Estado parte, es decir Panamá, a través de la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico (DNPH) del INAC tiene hasta el 1 de febrero de 2015 para presentar ante las instancias de Unesco lo correspondiente.

En la última sesión en Cambodia (junio de 2013) el Estado parte (Panamá) debería remitir a 1 febrero de 2015 los nuevos límites del sitios de Casco Viejo, que sugieren excluir la Cinta Costera III y así evaluar la permanencia de los valores universales. Así quedó consignado en el informe de la misión antes citada. La propuesta de nuevos límites permitirá a las instancias técnicas de Unesco, revaluar las implicaciones de dichas modificaciones y no desvirtuar los valores universales del sitio. Parte del alcance fue evaluar el impacto de la salida de la Vía Cincuentenario de los límites del Sitio Arqueológico de Panamá Viejo. Destaca que para septiembre del 2013 fue aprobado un plan para la administración del sitio que incluye una aproximación territorial que define estrategias, objetivos y planes sectoriales tendientes a mejorar los esfuerzos de conservación. Parte de los compromisos de Panamá fue el de asignar recursos –técnicos, financieros y humanos - para garantizar su ejecución.

Para los menos avezados en los temas patrimoniales, la inscripción del sitio de patrimonio mundial incluyó el Sitio Arqueológico de Panamá Viejo y el Centro Histórico; ya que se trata, para los especialistas y estudiosos, parte del mismo asentamiento a los que se les reconoce protagonismo en procesos de comunicación interoceánicas y de comunicación transistmica y de comercio a través del Istmo.

Ambos sitios son parte de una misma historia de alcance universal relacionada a los eventos que incluyó la fundación del primer asentamiento a orillas del Pacífico. El Comité de Patrimonio Mundial ha venido analizando los temas relacionados a su estado de conservación y la administración desde los años 2008 hasta el 2013, resultado de ello, una serie de Decisiones administrativas ante el Estado panameño.

La agenda relacionada con el tema administrativo y técnico vinculada al sitio patrimonial es compleja y de términos temporales definidos. El ejercicio técnico es indispensable como práctica. Añadiría, que, como todo proceso de planificación que involucra dimensiones territoriales, sociales, económicas y patrimoniales, entender “el asunto” es clave y la continuidad de la gestión la califico como vital. No hay tiempo ni espacios para derrochar.

Ante lo dicho, las recientes discusiones en las redes sociales, medios impresos –incluyendo a la oficialidad- que justificaban o no la pertinencia de la aplicación de normas que regulan publicidad y pinturas sobre fachadas de los edificios del Casco Viejo, desvían la atención de lo medular de los compromisos de Estado frente al sitio patrimonial. La prioridad pública de la DNPH pareciera exhibir un viso de ignorancia y porque no decir, sesgado por intereses no declarados. Mucho se dijo sobre las sirenas varadas y muy poco o nada sobre el tema sustantivo.

La DNPH parece sin brújula perdida entre los árboles y no preocupada por el bosque. Parafraseando a expertos en el tema…” el trabajo que se tiene por delante no es poco y hay que sumarle lo que hay que presentar sobre Portobelo y San Lorenzo. Creo que hay bastante trabajo por delante y que lo importante ahora no son un par de sirenas. A trabajar, a informar, pues la tarea es ardua y los plazos cortos.

Urge dedicar inteligencia, energía, recursos a lo medular. Los cacahuates que se los coma el mono. Seamos responsables, consecuentes con una política cultural que exhiba coherencia, fuerza, transparencia y contenido. Panamá y la administración de los sitios patrimoniales merecen respeto y compromiso. Panamá y la sociedad civil requerimos respuestas.

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