Crecimiento económico panameño: modelo de pobreza e inequidad.

http://www.prensa.com/impreso/opinion/modelo-pobreza-e-inequidad-orlando-acosta/253673


Panamá es el país de segundo crecimiento económico de la región. Es el discurso demagógico más cacareado en los medios de comunicación y repetido por los políticos y ministros de Estado. Este mensaje confunde a la mayoría de las gentes y les hace creer que ello es sinónimo de desarrollo y equidad.

Tengo la impresión que los encuestados consultados en los sondeos de opinión están confundidos entre los conceptos de crecimiento económico y desarrollo. Una cosa no implica lo otro. Crecimiento se refiere al impulso de la economía y generación de riqueza y el desarrollo cubre aspectos más amplios como salud, agua, educación, oportunidades, vivienda, seguridad y otros más. Bajo las actuales circunstancias, en Panamá, el modelo de crecimiento económico está acentuando la pobreza e iniquidad.

Este año el PNUD presentó el informe de desarrollo humano en un céntrico hotel de la ciudad, esa misma mañana una mujer veragüense embarazada cae en una letrina en Chapala muriendo ella y su nonato ahogados en detritos. Un número importante de ciudadanos no tiene agua potable de forma regular. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU proponen reducir a la mitad la deficiencia en la cobertura, antes de 2015. Para que Panamá logre esta meta, es necesario hacer mucho más que inversiones en hoteles, carreteras, aeropuertos y facilitar procesos expeditos por aduanas norteamericanas. Demanda reforzar la institucionalidad rectora del sector agua que, según expertos locales, necesita más que recursos de inversión. Se requiere ejecutar una política de uso y conservación de los recursos hídricos y una transformación del sector.

Panamá es el segundo país con la prevalencia de VIH más alta en la región. El dengue hace estragos entre la población, sin contar con otros registros de morbilidad y otras patologías. La cobertura médica en áreas indígenas es deficiente. El tema de la salud es un asunto de conflicto y la huelga de casi un mes de los profesionales de la medicina revelan un problema.

La crisis en el sistema de educación exhibe una condición difícil de abordar en este espacio de opinión. Es evidente problemas de calidad y desarticulación que la aleja del mercado laboral, de las tendencias regionales como empredurismo e innovación.

Con relación al agro, por ejemplo, en la provincia de Chiriquí –según los productores- se ha dejado de sembrar más de 70,000 hectáreas de arroz. Cada hectárea sembrada moviliza insumos y trabajo en el ámbito local. Cada hectárea dejada de sembrar afecta una economía local. Por otro lado, los incentivos para la importación de productos agrícolas deja en desventajas al productor local creando distorsiones del mercado, acumulando ingresos localizados en grupos de interés.

Recientemente fueron impuestas políticas energéticas para el uso de alcohol como combustible en forma de etanol. La caña de azúcar competirá con el uso de tierras productivas para la producción de alimentos y el monopolio creado, añadirá más distorsiones junto con la asignación de 15 hectáreas de tierras contiguas a los ingenios a allegados del ejecutivo y dueños del beneficio de caña azúcar.

Los ríos y fuentes de agua han sido concesionados para producción de energía y ha generado conflicto con los pueblos originarios. Gran parte del territorio nacional ha sido concesionado para exploraciones mineras, localizadas en áreas sensibles e importantes desde el punto de vista ambiental y de producción de agua. La minería concentra riqueza que en un contexto de desregulación se transforma en una actividad depredadora, contaminante y exportadora de riqueza; ésta será una de las fuerzas motrices que determinará el escenario ambiental de Panamá en los próximos años.

La región Metropolitana concentra una millonaria inversión en proyectos de servicios, transporte, saneamiento, vialidad. No hay antecedente previo de una inversión de esta escala en calles, puentes, carreteras, aeropuertos; que sumado a la ampliación del Canal, ha hecho del destino de ésta región una deformada, sumidero de oportunidades de empleo y escenario de conflicto de transporte urbano y movilidad. La política de asentamientos humanos, vivienda y territorio es errática o inconsistente. No existe ningún plan de ordenamiento territorial para crear barrios, ciudades, regiones sostenibles. El modelo de desarrollo urbano está en manos del mercado bajo políticas perversas de subsidios de vivienda que sumado a la recién política catastral, hará el vivir en la ciudad cosa imposible. Las fuerzas del mercado- único actor- hace crecer la ciudad hasta el infinito con pérdidas de humedales y tierras aptas para otros usos.
En el tema turismo, todas las costas del litoral de playas han sido privatizadas y entregadas a desarrollos excluyentes que limitan el acceso y minimiza-sino elimina- la actividad de pesca artesanal y el acceso a los recurso marinos-costeros. Para los proyectos playeros no hay planes de ordenamiento territorial que apoye el desarrollo de una actividad sostenible. Se levantan rascacielos en medio de la nada mientras los manglares son mermados. El modelo de turismo playero es acumulador, excluyente y depredador de recursos naturales y escénicos.
Los subsidios directos a la pobreza, educación: cien a los setenta, red de oportunidades, beca universal son recursos fiscales y dineros que se transforman en un instrumento de clientelismo político y no detonan la transformación que posibilite oportunidades y equidad.

En Panamá hay avances parciales en temas de desarrollo humano, parcialidad que no logra impulsar desarrollo y generalizar los beneficios económicos por una ausencia de políticas públicas redistributivas, integrales, y orientadas al desarrollo y sostenibilidad ambiental.

Queda claro que disparidades territoriales, crecimiento de inversiones, falta de transparencia, debilidad institucional, falta equidad, oportunidades, educación, turismo, salud, políticas urbanas-territoriales e insostenibilidad ambiental no es lo mismo que crecimiento económico.http://www.prensa.com/impreso/opinion/modelo-pobreza-e-inequidad-orlando-acosta/253673

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