Lengua de América y España.

Lengua de América y EspañaEscrito en ArtículosRCL les invita a leer a Horacio Biord Castillo.—Acaba de concluir el VI Congreso Internacional de la Lengua Española en la ciudad de Panamá, coorganizado, entre el 20 y el 23 de octubre, por la Real Academia Española, la Asociación de Academias de la Lengua Española, el Instituto Cervantes, la Academia Panameña de la Lengua, el gobierno de Panamá y el Ministerio de Educación de ese país hermano. El istmo de las Américas se vistió de fiesta por varias razones. Se conmemoraba el quinto centenario del avistamiento del mar del Sur u océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa. Se celebró la XXIII cumbre iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno, se adelantó la conmemoración del centenario del canal de Panamá y se dio inicio formal y continental al tricentenario de la Real Academia Española. Tantos motivos concurrían para invocar la gran patria hispanoamericana, la patria del idioma español en América, en Europa donde un día nació, en Asia y África, adonde también fue llevado.La ceremonia inaugural, engalanada por bailes y cantos de la geografía panameña, por danzas indias y afrodescendientes, por diversas manifestaciones criollas que se enraízan con las europeas, por cientos de profesores de español de todo Panamá, entre ellos muchos indígenas, mostraron la diversidad del país, de nuestra América, de la gran Iberoamérica, tan nuestra como el español y los otros idiomas peninsulares que se trasladaron a estas tierras. La presidieron el presidente de Panamá, don Ricardo Martinelli, y el príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón y Grecia, heredero del reino de España, el director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua, don José Manuel Blecua, y el director del Instituto Cervantes, don Víctor García de la Concha, junto a doña Marta Linares de Martinelli, primera dama de Panamá y presidenta honoraria del congreso, doña Lucy Molinar, ministra de Educación de Panamá, y don Humberto López Morales, secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua.Además de las palabras de apertura de los directores de la Real Academia y el Instituto Cervantes, del príncipe Felipe y del presidente de Panamá, hablaron en representación de nuestra gran comunidad lingüística el escritor peruano y Premio Nobel Mario Vargas Llosa, el novelista nicaragüense Sergio Ramírez y el novelista panameño Juan David Morgan. Sus discursos, en especial los de Ramírez y Morgan, resaltaron, respectivamente, el valor universal del idioma español y el carácter y vocación hispánica e hispanoamericana de Panamá, a pesar de la influencia tan fuerte de quienes concluyeron y administraron por casi un siglo el canal que empalma al mundo.Ramírez, en palabras llenas de elegancia y elevación poética, recordó el carácter universal del idioma que nos une con lazos indestructibles, la lengua que es rezo en santa Teresa y ficción y realidad en Cervantes, gloria en los libertadores y tonada en los patios de ganado, signo y símbolo en los migrantes que van al Norte tras una quimera, y terminan vigilando y resembrando sus palabras y particular visión del mundo. Morgan, por su parte, reafirmó la vocación hispanista, hispanoamericana, de Panamá, más allá de las influencias transculturadoras de la una vez menos panameña “Zona del Canal”.Sin duda, Ramírez y Morgan lograron unir sus voces en un concierto extraordinario que convocaba a los hablantes todos de la lengua española, desde las fronteras europeas hasta el fin del mundo, más cerca de la Antártida. Con ellos, Reyes y Paz, sor Juana y Fuentes, Asturias y Neruda, Mistral y Borges, Gallegos y García Lorca, Menéndez Pidal y el arcipreste de Hita, Bolívar y Santander, Iturbide y San Martín, Arosemena y Colón, deslumbrado por los colores y voces de papagayos e indios, García Márquez y Vargas Llosa ahí mismo, Echegaray, Benavente, Jiménez, Aleixandre y Cela se unían al coro de quienes siempre nos entendemos y abrazamos aunque unos usen el vosotros, otros aspiremos las eses finales, o rebusquen en el lunfardo o voseen, o fijen las normas de millones de hablantes junto a las pirámides y templos de mayas y aztecas.La universalidad de nuestro idioma, nuestra gran patria en el mundo, que hasta a un papa ha escuchado hablar sin acento extranjero pero en un dialecto sureño, volvía anfictiónica, en Panamá, a expresarse como vocación de futuro. El porvenir común se cimienta en un pasado que nos hermana y hace de europeos, indios y negros, y en menor medida también de asiáticos de Filipinas y africanos de Guinea Ecuatorial, un mundo y una oración de esperanza que se dice, se sueña y se reza en español.Se debatió, fundamentalmente, el tema del español en el libro, la ya no utopía del libro electrónico y la presencia digital del español en las comunicaciones globales del futuro. Sin quererlo los ponentes y oradores solo estaban hablando de dos cosas: la universalidad absoluta del español y su presencia indeclinable y fecunda en el mundo futuro. Ave, Lingua Hispaniae et Americae.

Horacio Biord Castillo Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua Jefe del Departamento de Antropología del IVIC. Escritor y profesor universitario

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