La Rana Dorada celebra la vida

Patrimonio natural. Conservar y valorar el patrimonio natural y cultural transita por el camino de entenderlo. El domingo 11 de agosto en El Valle de Antón la gente se vistió de amarillo y salió a las calles para celebrar el regreso a casa -de su desaparecido habitante- la rana dorada.

Ese fin de semana – entre la risa y el entusiasmo de niños, adultos, empresas y visitantes- las calles del pueblo se pintaron de amarillo para celebrar la rana dorada y culminar así, las actividades de educación del tercer festival de la Rana Dorada. El mítico animalito ha revivido bajo un ambiente de fiesta y por el esfuerzo colectivo de la ciencia, la investigación, la educación y compromiso social.

El Volcán. El Valle de Antón es un pintoresco pueblo en la provincia de Coclé. El origen y la naturaleza de ese lugar lo vinculan a fuerzas telúricas de data milenaria: El Valle de Antón se asienta sobre el cráter o la caldera de un volcán. El marco natural lo determinan sus imponentes montañas que le rodean: el Cerro Pajita, Gaital y Cara Coral con alturas de 1.000 metros sobre el nivel del mar; hacia el sur el Cerro Cara Iguana y Cerro Guacamaya o Cerro la Huaca con 800 metros al oeste la India Dormida; y al este Cerro Tagua de la misma altitud.
La humedad de El Valle es resultado de una amplia red de ríos, cascadas y pequeños quebradas. El marco natural, sus ríos y montañas, su excelente clima, la extraordinaria artesanía - además la historia de la rana dorada- le otorgan a El Valle de Antón los atributos de un destino turístico de calidad mundial.

Las ranas. La rana dorada de Panamá (Atelopus zeteki) toma su nombre por su brillante color amarillo. Es una especie de anfibio endémica de El Valle de Antón. Lo de endémico significa que -esa extraordinaria joya de los bosques- solamente puede ser encontrada en ese lugar. No hay otro lugar del planeta tierra donde pueda ser vista o encontrada en forma natural. Fue el año 2007 la última vez que fue vista en El Valle mediante un documental de la BBC de Londres. La rana dorada se encuentra en peligro de extinción al igual que muchos de los anfibios a nivel planetario.

Los anfibios se encuentran hoy bajo una amenaza global de extinción relacionada a los cambios climáticos y la destrucción de los bosques- principalmente- lo que ha llevado a sus poblaciones a una condición crítica. Cerca del 32% de todas las especies de anfibios registradas en el mundo (6000 aproximadamente) se encuentran en peligro de extinción, incluyendo la rana dorada.

Lo más dramático de esta extinción masiva de ranas y anfibios, es que para un 20% de su población no existe información disponible que permita evaluar su estado actual, por lo que es muy probable que la mitad de las especies corran el riesgo de desaparecer o bien ya han desaparecido.

En Panamá de las 197 especies de anfibios registrados, un 25%- es decir unas 50 especies- están catalogadas como amenazadas, en tanto que para otras 26 especies no se tiene la información necesaria para conocer su estado de conservación. La situación se agudiza tomando en cuenta que es probable que algunas de las especies consideradas como amenazadas- y que no se conocieron- ya hayan desaparecido en su medio natural sin saber siquiera que habitaron nuestros bosques.

No todo es naufragio. Ante este escenario de extinción masiva y bajo un esfuerzo de conservación de anfibios se formula un proyecto denominado el “Arca de los Anfibios”. Esta iniciativa de investigación y conservación está apoyada por la Unión Mundial para la Naturaleza, y la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios y socios locales quienes buscan promover y desarrollar programas de manejo de estos anfibios en cautiverio, como medida prioritaria para asegurar la supervivencia de estos y cuya conservación in situ no es viable en la actualidad.
El Centro de Conservación de Anfibios instalado en el zoológico El Níspero, bajo el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá y como parte de las actividades del Plan de Acción para la conservación de los Anfibios en Panamá de la Autoridad Nacional del Ambiente, anuncia a Panamá y al mundo que el ícono de El Valle de Antón- la rana dorada- ha re-vivido en un grupo de 42 ranas nacidas en cautiverio.
Los sapitos de seis meses de edad, pudieron ser reproducidos en un ambiente –artificial- sano de arroyos de aguas limpia-condición crucial para su permanencia en estado silvestre. Los investigadores del Centro tuvieron que recrear estas condiciones naturales en un recinto artificial para dar continuidad a la especie. “Tomó tecnología, recursos y la innovación para que pudieran reproducirse y convertirse en adultos jóvenes.”, declaran los investigadores con gran satisfacción y entusiasmo.

Participación social, ciencia, educación y conservación. Los esfuerzos de conservación de la rana dorada pasa por una activa participación de agentes sociales que vienen poniendo bajo el lente de la educación e información la situación de los anfibios en Panamá particularmente el ícono de El Valle de Antón. Escuelas, hoteles, empresas públicas, organizaciones privadas de conservación, la Autoridad Nacional del Ambiente, el Instituto Smithsonian de Investigación Tropical, la Unión Mundial para la Naturaleza y la Asociación Mundial de Zoológicos, bajo un esfuerzo colectivo en El Valle- y bajo el Festival de la Rana Dorada- pone en el lente de la sociedad panameña la necesidad y el valor de conservar su patrimonio natural y cultural.
La alerta sobre el creciente deterioro de los ecosistemas naturales y la contaminación del ambiente es una realidad que enfrentamos y que amenaza la riqueza natural. La ciencia e investigación - junto con educación- tienen un papel importante para conservar la enorme y extraordinaria diversidad natural no solo de El Valle sino de nuestro planeta: el arca de toda la humanidad.

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