El otro ídolo

 
  Orlando Acosta. Enero 2013

La irrupción de Alfredo Orozco, cantante de vallenato en la televisión nacional  motivan estas letras.  No he podido  resistir a la fuerza mágica del ritmo del acordeón y las imágenes tropicales en el marco rural y natural de las sabanas colombianas y cómo están siendo entregadas en la pantalla chica por un canal de televisión local. 

Hace días reflexionaba al fenómeno musical de esta región como un tema -donde el tambor y el acordeón- atraviesa sin pasaporte el carácter y el sentir entre colombianos y panameños.  Bajo esta conversación  fui tildado cumbiambero, mote que acepto y declaro públicamente.

La producción cultural y material del habitante de Valledupar ha sido inmortalizado y exportado por nuestros vecinos colombianos al reconocer éstos,  los valores culturales en una telenovela que hace mérito a uno de los compositores e interpretes más notables de la música colombiana: Rafael Orozco.  Los colombianos han reconocido los valores culturales de su gente, de su música, de su fiesta, de su comida y su entorno geográfico. Los colombianos están haciendo  negocio.  La telenovela se le suma al “bisnes” del Festival de la Leyenda Vallenata.   Una vez más nuestros vecinos colombiandos están  validando el paradigma de que la cultura sí paga.

En Panamá murió recientemente –arropada por la miseria y el olvido- Catalina Carrasco conocida como Catita de Panamá.  La antecedió Lucy Jaén, artista y cultivadora del tamborito.  Estas mujeres   vivieron un mundo de hombres,  entregaron y desafiaron sus vidas para trascender con el canto y la saloma.  Aun espero un reconocimiento y un homenaje que reconozca, valore y conserve el legado cultural de estas mujeres.  Bajo una política de cultura articulada y una organización institucional,  el legado, la memoria de Catita y Lucy podría generar riqueza y ser producto de exportación.

Siguen alegrando la escena musical panameños hombre y mujeres como Osvaldo Ayala, Dorindo Cárdenas,  Alfredo-Fello-Escudero, Samy y Sandra Sandoval; y muchos otros más que  conforman la pléyade de artistas de música típica panameña.  Estos hombres y mujeres han cantado al amor, a la tierra, a los pueblos y a la gente de  Panamá.  Todos ellos forman parte de la cultura material e inmaterial de la cultura panameña. 

¿Ha reconocido las instancias de promoción de la cultura y el comercio en Panamá los valores que estos hombres y mujeres representan?  ¿Incluye la organización del Estado a  través de su organización del INAC y el MICI el registro y la promoción de la producción inmaterial de estos panameños y panameñas?  ¿Consideran  estas  instituciones mecanismos para la promoción de la cultura como negocio? 

¿Promueve el INAC y la Universidad de Panamá la investigación de las manifestaciones culturales en Panamá desde una perspectiva antropológica?  ¿Cómo se documenta y registran la música popular y otras  manifestaciones   intangibles de la cultura panameña?   .

El INAC   bajo su estructura de organización y la asignación de recursos no permite ni aborda el tema de la cultura como negocio o como actividades de promoción empresarial.  No conozco si el Ministerio de Comercio e Industria ha regulado el tema de la propiedad intelectual de la producción popular.

La Universidad de Panamá bajo sus elucubraciones y discusiones académicas no discute ni evalúa aspectos metodológicos, científicos para el del registro, documentación de  la producción popular e inmaterial panameña.  La Universidad no entiende ni promueve la investigación cultural desde la perspectiva antropológica bajo su responsabilidad académica.   La Universidad de Panamá se debate entre el cierre de las carreras de historia, antropología y sociología sin que ese fatídico evento cause mayor escozor o interés entre las autoridades de gobierno y menos a los  hacedores de negocio en Panamá.  

Mientras esto sucede en Panama con la administración de la cultura y la formación de educación superior en áreas de las ciencias sociales, los panameños  de la ciudad podemos seguir sintonizados bajo los acordes de la música de Valledupar,  que llena el alma y la emoción a los alineados televidentes panameños, así como en La Palma del Darién de , las gentes cantan, a voces,  en la  Chiquilín, Sólo para tí.....

http://www.youtube.com/watch?v=zFmhvVpDwJI
 

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