Cesiones gratuitas y cultura.

Hace algunos años tuve la oportunidad de hacer un periplo por las grandes ciudades de los Estados Unidos de Norteamérica. Durante ese año cuasi sabático no perdí ocasión de hacer una visita forzada a los grandes museos y apreciar la oferta cultural que se ofrece en ese país.

La capacidad de acopiar la evidencia cultural de la historia de la humanidad es impresionante. Esa intención queda evidente en la forma extraordinaria de mostrarla al mundo y a los visitantes que tienen la oportunidad de recorrer sus calles y vivir desde adentro esa experiencia.

Los museos y centros culturales de los Estados Unidos tienen la capacidad de albergar la evidencia material o cultural más grande y extensa de la producción humana. En estos recintos de arte y cultura universal tienes la posibilidad de apreciar desde los mosaicos babilónicos de la antigua Persépolis en el Fine Arts de Boston hasta las esculturas norteamericanas de arte pop de los años setenta. El recorrido te deslumbra entre la colección de arte antiguo egipcio y las fantásticas obras de orfebrería del Gran Coclé en la Universidad de Harvard.

La sociedad norteamericana, el sector público y privado así como todos los hacedores de la política cultura no han escatimado recursos para exhibir, interpretar y educar a su gente y al mundo de los grandes procesos universales. Sin duda esta intención coloca a ese país a la vanguardia de la investigación, el desarrollo científico y la cultura.

Volviendo a la bitácora de viaje, no reservé tiempo ni recursos para recorrer las grandes galerías de Metropolitan Museum of Art de la ciudad de Nueva York y el enorme acervo universal que expone. En el Met de Nueva York, tuve el privilegio de recorrer un recinto conocido como los Cloisters. Este espacio fue creado por el aporte directo de la fortuna de la familia Rockefeller. Los Cloisters es la colección de arte medieval más grande que existe y es parte del acervo del Met de Nueva York. El recinto recrea los grandes espacios medievales y contiene una serie de objetos raros producidos justo antes del renacimiento.

El edificio –que se levantó piedra a piedra de recintos medievales- se construyó sobre una de las riberas del río Hudson, enmarcando el edificio en un hermoso entorno natural. La familia Rockefeller reconociendo ese elemento como parte del emplazamiento, donó e integraron al recinto de los Cloister, las tierras contiguas y próximas a la ribera del río. Esta acción previsora garantizaría que este espacio construido jamás fuese desvirtuado en su recreación como castillo medieval en medio del campo o feudo sobre el cual se emplazó. Esta acción se toma frente al auge del mercado inmobiliario de la isla de Manhattan y como forma de proteger el legado cultural de los Cloister.

¿Que tienen que ver los Cloister con el titulo de ésta entrega? En Panamá el tema de la cesión gratuita de un terreno contiguo al conjunto monumental de Panamá Viejo me trae a la memoria lo sucedido en Nueva York. El caso es distinto, sin embargo encuentro varias similitudes e identifico oportunidades.

Considero que las tierras en Costa del Este deben ser cedidas para contribuir a la conservación del entorno natural del más grande parque arqueológico de la era moderna americana que Panamá atesora. El sitio de Panamá Viejo, Monumento Histórico y Patrimonio de la Humanidad podría ser enriquecido, conservado y proyectado anexando estas tierras para fines de conservación y manejo del sitio. Esto sería consecuente con los últimos lineamientos discutidos sobre la conservación de sitios de valor universal. Una acción de esta naturaleza podría acallar el escándalo que ha generado el tema y transformar el conflicto en oportunidad. Trocar esta acción a propósitos culturales, sería muestra del interés y contribución directa a los temas de cultura. Decisión certera en el marco de una clara política cultural de gobierno hacia la conservación de los sitios patrimoniales panameños y del mundo.

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