Del museo del oro y otros fantasmas


He leído con sorpresa las declaraciones que hace la Directora del INAC con relación a la próxima iniciativa de organizar un museo del oro en la Torre Financiera. El museo albergará “más de 20 piezas de orfebrería” que no están expuestas porque las instalaciones del INAC no tienen condiciones para ello.
Estas declaraciones están lejos de una política cultural y de la misión del INAC. Se configura como una cortina de humo sobre el derecho que tenemos los panameños de apreciar, valorar y comprender el alcance universal del arte precolombino de nuestros antepasados. Están además, revestidas de ignorancia en temas museográficos y débiles desde la perspectiva técnica sobre las condiciones del acervo cultural que posee Panamá. Sobre estos temas tengo varios comentarios que hacer.
La actual sede del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz (MARTA) se construye como el Museo del Niño y de la Niña. En el año de 2005 fue transferido al INAC para albergar la colección de arqueología y oro que tiene bajo su custodia. Lo cierto es que ese año se efectuó el traslado desde la antigua Estación del Ferrocarril en la cinco de mayo hacia Llanos de Curundú. El MARTA abre puertas en el 2007 con una exhibición que mostró la colección en préstamo de bronces de Rodin. El conjunto de esculturas es la colección privada más importante del escultor francés. En esa ocasión tuvimos el privilegio de gozar por unas semanas con una muestra de la universalidad del arte del siglo XX.
Luego del desfile de los bronces de Rodin por las salas del MARTA quedó una exhibición de poca monta de una selección de cerámica y orfebrería y los monolitos de Barriles. Luego de ello hemos sido testigos de las más variopintas de exhibiciones y eventos. Hemos tenido tener que soportar las exhibiciones mediocres sobre arqueología panameña y más tarde otras sobre panameños notables. Vimos un merecido homenaje a la gestora del recinto que lleva su nombre la cual fue una exhibición pobre y mediocre y que no hizo honra a la memoria de la Dra. Reina Torres de Araúz. Pasó por el MARTA una colección de vestidos y aparejos de reinas de carnaval y cualquier otra cosa imaginable. Después de allí me desconecté del des fortunio del espacio cultural. Lo más reciente de las frivolidades es la que se muestra hoy. El MARTA es el techo que alberga la exhibición de dinosaurios de plástico al estilo Jurasic Park la cual es promocionada por una empresa de conciertos y espectáculos de música popular a quien supongo el INAC alquiló el espacio.
Las salas del MARTA han sido entregadas por los administradores de la cultura a los promotores de espectáculos locales para exaltar estereotipos hollywoodenses llenos de fantasía en desmedro del peso de la universalidad del arte precolombino panameño. No hablemos del Teatro Balboa el cual también, sin desvalorizar a cantantes y bailarines, ha desplazado su uso primordial hacia otros que no tienen nada que ver con la naturaleza de su creación.
¿Por qué no anunciar en y para el MARTA la creación de una sala de arqueología con las piezas que fueron devueltas al Estado durante el fastuoso viaje diplomático en la ciudad de Washington? ¿Por qué no hacer un convenio con el Peabody Museum de la Universidad de Harvard para exhibir en préstamo parte del oro de Sitio Conte? ¿Por qué no exhibir los últimos hallazgos de oro y cerámica de El Caño y aquellos provenientes de Cerro Juan Díaz? Y por qué no solicitar al Vaticano el ajuar de oro que se fue a la Expo de Sevilla en el 92 y que nunca regresó. ¿Por qué en vez de disgregar la colección del Estado con el respectivo aumento de los costos para su custodia y conservación no pensamos en centralizarla? ¿Por qué no asignar recursos para poner en valor las salas del MARTA para las colecciones de orfebrería que ya tiene? ¿Por qué no invertir en una museografía decente con contenido y de alta calidad para los espacios que existen?
Sustentar la Torre Financiera con “un museo para albergar algo más de 20 piezas” es otra improvisación, como lo es el argumento que mediatiza la exhibición del oro que se tiene. Para los que conocen y los que menos saben, las aleaciones de tumbaga (cobre y oro) son de las más estables de entre los metales por lo que ello no justifica que no pueden ser exhibidos.
Queda en evidencia que las declaraciones de las autoridades de cultura son el eco del interés particular para la construcción de una Torre Financiera que no necesitamos. Las declaraciones de apoyo son otra expresión y evidencia que la política cultural de panameña duerme en otro lado y esta plegada a otros propósitos.

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