Panama lugar de tránsito y hecho urbano


Hace años vengo reflexionando sobre nuestra condición de tránsito, el tema de las obras del Canal, nuestra historia y el hecho urbano. La organización de los espacios urbanos de las ciudades de Panamá, Portobelo y su antecesora Nombre Dios tiene un origen vinculado directamente con el nacimiento de Panamá como ruta de tránsito. Para estudiosos del tema, los requerimientos de la Corona Española de tener ciudades terminales en el Caribe y en el Pacífico: Panamá y Portobelo, quedan documentados por Maria Del Carmen Mena García en su obra: LA CIUDAD EN UN CRUCE DE CAMINOS PANAMA Y SUS ORIGENES URBANOS (Mena García, María del Carmen. Universidad de Sevilla. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Sevilla, España, 1992).


Ambas ciudades fundadas en el istmo de Panamá entre los siglos XVI y XVII se convirtieron en uno de los mayores puertos americanos por el que transitaban casi dos tercios de las mercancías entre España y las Indias. Panamá y Portobelo piezas fundamentales hacia la ruta del Perú. Objetos de la codicia de corsarios y piratas. Enclave mercantil y objetos de destrucción, traslados y fortificaciones en los siglos XVII y XVIII. De estos primeros episodios de nuestra historia de condición transoceánica se consolida nuestro legado urbano y es lo que hoy justifica su reconocimiento bajo la categoría de Patrimonio Mundial, cuya condición de conservación y permanencia me preocupa.


Hoy día Panamá y Colón (sucesora de Portobelo y cuyo origen se remonta a la construcción del primer ferrocarril transoceánico) siguen desempeñando la misma función portuaria y comercial que antaño: la de centro neurálgico del comercio americano y mundial. Puerto de tránsito y trasbordo en la ruta de la plata, solo que ahora sus límites urbanos se extiende más allá de lo que un día pudo ser imaginado y lo que se mercadea va más allá de los valores del oro y la plata. Las ciudades permanecen en el tiempo y en el espacio como ese testimonio vivo de esta historia y relaciones.


El fracaso de las obras del Canal Francés y el “triunfo de la epopeya blanca en el trópico” dejan sobre la ciudad de Panamá cicatrices y muestras evidentes de la evolución en el desarrollo de su devenir histórico y económico. El ferrocarril transístmico que impulsa la caída de las murallas de tierra para permitir la expansión de la ciudad hacia el arrabal de Santana hasta la hoy Plaza Cinco de Mayo. La construcción del Teatro Nacional como elemento de peculiar valor arquitectónico y artístico, que no solo celebra el nacimiento de la República, sino también la visión europeizante de la sociedad decimonónica; y cuya construcción se logró con los “reales” obtenida por la negociación del ignominioso tratado Buneau Varilla. El Teatro Nacional y sus pinturas es un ejemplo excepcional del legado de ese período. El Canal de Panamá y su diseño de ingeniería: testimonio del ingenio humano y legado tecnológico de carácter universal: excepcional ejemplo de esta historia de tránsito. La ciudad jardín heredada del emporio colonial norteamericano en la Zona del Canal abolido en septiembre de 1979 por el Tratado del Canal de Panamá (Torrijos-Carter) se reclama como un patrimonio urbano sin reconocimiento oficial de extraordinario y único valor.


Mañana ante la inminente inauguración de las obras de la ampliación del Canal en el 2014 y cuando se hagan públicas al uso del mundo las nuevas esclusas, presento la cuestión sobre la necesidad de nuestra sociedad en dejar sobre el espacio urbano un hito de relevancia que celebre al mundo y deje testimonio a las futuras generaciones de panameños la importancia de las decisiones tomadas. Decisiones y proyectos que seguirán modelando y determinando las relaciones del comercio mundial, hito sin referencia en la historia moderna.


Dejo entonces acá mis reflexiones sobre la necesidad de la permanencia en el tiempo y sobre el espacio una obra de carácter urbano que conmemore la celebración de este momento histórico de nuestra Nación para la inauguración de las obras del Canal de Panamá en el 2014. El desarrollo de la ciudad gubernamental en el sector de la Exposición y Calidonia y en el marco de la recién inaugurada Cinta Costera pudiera ser una de las intervenciones que no solo conmemoraría el evento, sino que también valoriza el sector mediante una intervención urbana de esa escala.
Nuestra ciudad como libro abierto que documenta nuestra historia de tránsito reclama y merece una intervención y un reconocimiento de calidad en concordancia con su condición: Usando las palabras de Mena García: la ciudad en el cruce de caminos. Hagamos entonces homenaje permanente a la sociedad de panameños del siglo XXI.

Entradas populares de este blog

De los proyectos urbanos, la cinta costera y de la verdolaga en nuestras playas.

La Administración del Patrimonio Munidial y la condición de los sitios panameños.

Al notable panameño conocido como El Darienita Universal, José de la Cruz Herrera.