Rumbo equivocado o el naufragio del MARTA
Hace semanas en un artículo de opinión pregunté: ¿Cómo se hará para apreciar y entender de Panamá y en Panamá la carga de la herencia universal de su arte y su cultura? La cuestión anterior pensé que sería resuelta con la apertura de la nueva sede del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz en Panamá (MARTA). El publicitado evento junto con los comentarios sobre la exhibición de Rodin y el artículo publicado (La Prensa 14/9/06) MARTA, Rodin y el Emperador me animaron a visitar el Museo.
Conocía poco sobre vida y obra de la Dra. Reina Torres de Araúz, pero después de recorrer el Museo no me quedó claro el por qué fue importante su figura y cuál fue su contribución al desarrollo de la arqueología y a la sociedad panameña en general. Documentándome supe que una de sus más interesantes aportes fue entender a los panameños como resultado de una única y excepcional amalgama cultural y étnica. Las fotografías del MARTA que ilustran algunas facetas de su interesante trayectoria la muestran como colaboradora cercana al General Omar Torrijos. El mobiliario vintage sesentero y el pesado escritorio de caoba no me dijo nada de la lucha de Reina Torres de Araúz contra la huaqueria en Panamá.
La exhibición tampoco me dijo de sus aportes en el reconocimiento de los Conjuntos Monumentales en Panamá-novedosa categoría introducida por Ley allá por los fines de los años setenta. No lo dice la exhibición, pero supe después que participó en la Constituyente de 1972, cuando se incluyen aspectos relacionados con la responsabilidad del Estado en la custodia, protección y divulgación de la producción cultural artística de la Nación. El vacío para homenajear a Reina Torres de Araúz deja en evidencia la ligereza con que se investigó y la poca importancia de los aportes de una extraordinaria mujer panameña que trató de explicar la compleja relación del hombre y su sociedad.
Tengo la percepción de que a los administradores de la cultura oficial en Panamá no han sopesado la figura ni el nombre de la persona a quien el Museo hace homenaje. ¡Triste homenaje! Tampoco hace homenaje la ausencia de información referente a los habitantes de Panamá quienes elaboraron las piezas de orfebrería y cerámica que allí se exhiben. El componente arqueológico de la exhibición inaugural no cuenta una historia y lejos tiene un hilo conductor que narre y permita al visitante entender quiénes eran y qué hacían los antiguos habitantes del Istmo y por qué lo que exhibe es único, importante y hermoso. Considero entonces que este componente de la exhibición inaugural del MARTA como propuesta de educación y comunicación es un fracaso. No entraré a analizar los elementos de diseño y museografía pues en resumen lo obvio es la pobreza del tratamiento de la propuesta y la expresión final: su mala calidad como característica de lo mediocre.
Lo rescatable de la exhibición es la esencia de ella misma: las excepcionales piezas de cerámica, tumbaga, piedra y bronce como expresión de la maestría atemporal del género humano: único elemento que vincula la propuesta general de la exhibición de apertura. Sigo sin entender y trato de encontrar la justificación que sustente la relación entre arqueología y arte moderno, tema central que enmarca la inauguración del MARTA.
Mientras en los diarios se publicita el interés de las empresas de Carlos Slim en el proyecto de ampliación del Canal. Voceros del MOP anuncian la construcción de los tramos faltantes del corredor norte por parte de la empresa mexicana concesionaria de la vía. Me pregunto ¿qué relación existe entre los bronces de Rodin, el MARTA, el Museo Soumaya y la ampliación del Canal? Tres cuartas partes del MARTA están hoy ocupadas por las esculturas de Rodin, Bourdelle y Claudet. El nivel y la calidad de la exhibición inaugural del MARTA lo otorga el excelente esfuerzo de diseño y curaduría del Museo Soumaya. ¿Qué será del MARTA cuando embalen de vuelta a México los bronces del Soumaya? Lo obvio será aún mas evidente y el contraste exacerbado entre el horror y lo sublime ojala haga reflexionar primero y corregir después el entuerto a los responsables. La puesta en escena del componente arqueológico de la exhibición inaugural del MARTA es la expresión de un esfuerzo improvisado, no planificado y sin interés alguno. Tengo la impresión que la agenda de la gestión oficial de la cultura en Panamá ha quedado mediatizada al interés particular, atrapada en el culto de la personalidad ególatra de figuras públicas sujetas a un interés mediatizado por una agenda de cinco años gobierno. De estadistas ni un pelo.
Ante la inminente ampliación del Canal de Panamá es triste y lamentable que tengamos que conformarnos con el resultado de esto. Es más lamentable aún ver que no seamos como sociedad capaz de construir proyectos culturales de calidad que hagan mérito a los hombres y mujeres que han gestado y forman esta Nación. Hombres y mujeres panameños que han demostrado hoy al mundo el potencial de sus capacidades y lo hermoso de su producción artística. Un pueblo capaz y orgulloso y a punto de impulsar a Panamá hacia un lugar prominente en la sociedad global del siglo XXI. La exhibición del MARTA no apunta a esa dirección.
Ver: www.museosoumaya.com/Folletos/2006/agosto06.pdf
Conocía poco sobre vida y obra de la Dra. Reina Torres de Araúz, pero después de recorrer el Museo no me quedó claro el por qué fue importante su figura y cuál fue su contribución al desarrollo de la arqueología y a la sociedad panameña en general. Documentándome supe que una de sus más interesantes aportes fue entender a los panameños como resultado de una única y excepcional amalgama cultural y étnica. Las fotografías del MARTA que ilustran algunas facetas de su interesante trayectoria la muestran como colaboradora cercana al General Omar Torrijos. El mobiliario vintage sesentero y el pesado escritorio de caoba no me dijo nada de la lucha de Reina Torres de Araúz contra la huaqueria en Panamá.
La exhibición tampoco me dijo de sus aportes en el reconocimiento de los Conjuntos Monumentales en Panamá-novedosa categoría introducida por Ley allá por los fines de los años setenta. No lo dice la exhibición, pero supe después que participó en la Constituyente de 1972, cuando se incluyen aspectos relacionados con la responsabilidad del Estado en la custodia, protección y divulgación de la producción cultural artística de la Nación. El vacío para homenajear a Reina Torres de Araúz deja en evidencia la ligereza con que se investigó y la poca importancia de los aportes de una extraordinaria mujer panameña que trató de explicar la compleja relación del hombre y su sociedad.
Tengo la percepción de que a los administradores de la cultura oficial en Panamá no han sopesado la figura ni el nombre de la persona a quien el Museo hace homenaje. ¡Triste homenaje! Tampoco hace homenaje la ausencia de información referente a los habitantes de Panamá quienes elaboraron las piezas de orfebrería y cerámica que allí se exhiben. El componente arqueológico de la exhibición inaugural no cuenta una historia y lejos tiene un hilo conductor que narre y permita al visitante entender quiénes eran y qué hacían los antiguos habitantes del Istmo y por qué lo que exhibe es único, importante y hermoso. Considero entonces que este componente de la exhibición inaugural del MARTA como propuesta de educación y comunicación es un fracaso. No entraré a analizar los elementos de diseño y museografía pues en resumen lo obvio es la pobreza del tratamiento de la propuesta y la expresión final: su mala calidad como característica de lo mediocre.
Lo rescatable de la exhibición es la esencia de ella misma: las excepcionales piezas de cerámica, tumbaga, piedra y bronce como expresión de la maestría atemporal del género humano: único elemento que vincula la propuesta general de la exhibición de apertura. Sigo sin entender y trato de encontrar la justificación que sustente la relación entre arqueología y arte moderno, tema central que enmarca la inauguración del MARTA.
Mientras en los diarios se publicita el interés de las empresas de Carlos Slim en el proyecto de ampliación del Canal. Voceros del MOP anuncian la construcción de los tramos faltantes del corredor norte por parte de la empresa mexicana concesionaria de la vía. Me pregunto ¿qué relación existe entre los bronces de Rodin, el MARTA, el Museo Soumaya y la ampliación del Canal? Tres cuartas partes del MARTA están hoy ocupadas por las esculturas de Rodin, Bourdelle y Claudet. El nivel y la calidad de la exhibición inaugural del MARTA lo otorga el excelente esfuerzo de diseño y curaduría del Museo Soumaya. ¿Qué será del MARTA cuando embalen de vuelta a México los bronces del Soumaya? Lo obvio será aún mas evidente y el contraste exacerbado entre el horror y lo sublime ojala haga reflexionar primero y corregir después el entuerto a los responsables. La puesta en escena del componente arqueológico de la exhibición inaugural del MARTA es la expresión de un esfuerzo improvisado, no planificado y sin interés alguno. Tengo la impresión que la agenda de la gestión oficial de la cultura en Panamá ha quedado mediatizada al interés particular, atrapada en el culto de la personalidad ególatra de figuras públicas sujetas a un interés mediatizado por una agenda de cinco años gobierno. De estadistas ni un pelo.
Ante la inminente ampliación del Canal de Panamá es triste y lamentable que tengamos que conformarnos con el resultado de esto. Es más lamentable aún ver que no seamos como sociedad capaz de construir proyectos culturales de calidad que hagan mérito a los hombres y mujeres que han gestado y forman esta Nación. Hombres y mujeres panameños que han demostrado hoy al mundo el potencial de sus capacidades y lo hermoso de su producción artística. Un pueblo capaz y orgulloso y a punto de impulsar a Panamá hacia un lugar prominente en la sociedad global del siglo XXI. La exhibición del MARTA no apunta a esa dirección.
Ver: www.museosoumaya.com/Folletos/2006/agosto06.pdf
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