Luna, luna de Otoque

Luna, luna de Otoque.

Hacen ya muchísimos años que Gisela me contó de Otoque, de aquella lejana imagen, de aquel territorio perdido, de esa isla en el Archipiélago de Las Perlas.

El misterio permanece vigente y la silueta que se dibuja en el horizonte del golfo permanece inalterada y muda frente a mi curiosidad.

Era una de aquellas tardes de calor cuando en ese subir y bajar por la rampa del terraplén, de vuelta por las calles San Felipe, decidí bajar al muelle para por fin indagar.

Quiero llegar a Otoque.

Rosa Robles parada en la entrada de “la Bahía”, en chancletas, entre barcos, gallinazo, cielo, hedores, anuncios de cerveza me mira y dice espera. Te crees que cualquiera de esos barcos, esos mismos echadosu de lado y que exhiben su panza sobre la lama de la playa te pueden llegar navegando donde tú quieras.

Entramos a la cantina y después de una inquisidora mirada, Benitín nos manda con los Siete hermanos.

De camino al terraplén y en búsqueda de aquella mítica figura y tropezando con gentes, billeteras, marinos.....en fin con un indescriptible mundo de personajes, Rosa fue descubriendo sus secretos.

Soy enfermera- así me dijo- trabajo en Pedro González y vivo allí mismo en Martín Pérez Afuera. Viajo tres veces al mes desde la isla hasta aquí. Ahora espero para embarcarme. Vine a buscar un lote de vacunas. Tú sabes, yo soy la enfermera de la Isla y encargada del Centro de Salud.

De aquí salen todos los barcos para allá. ¿y los Siete Hermanos? Es aquella panga azul y verde con banderitas de colores.

Aquí en el terraplén por fin.
Parado entre medio de canastos y pescados y entre una pestilencia, indescriptible, pegajosa y nauseabunda, aparecen y desaparecen sobre la escalera de piedra, verde y resbalosa aquellos seres fornidos y fraguados a rajatabla.

Traté de agotar todas la formas y maneras de preguntar...filoso e inquisidor.
¿Y cuando salen los barcos? Eso depende. ¿Cuáles días? Pues a veces los jueves. ¿Con cuál frecuencia? No, no tenemos radio. ¿A dónde me llevan? A donde quieras ir…

...te llevamos si quieres, a Pacheca, Chapera, Pedro González, Gibraleón, Casaya, Balloneta, Mina, San José y tú sabes familia, tenemos un viaje especial a San Miguel, Isla Del Rey para el 16 de julio. La Virgen es milagrosa y es la que nos cuida siempre, todo el año.

Mirando el horizonte, perplejo del mundo del mercado, del barco, de la gente, de la playa del Terraplén, me escapo soñando en un viaje que no entiendo ni al que puede acceder.

Rosa Robles parece interpretar mi silencio y finamente me dice: acuérdate que son de cuatro ciclos de siete días cada uno. En el calendario lo vez en la esquina. Cuando la veas llena, vienes y tomas la panga.

El misterio se devela.
Y es que para todos los que viven y navegan al mágico territorio insular a tierra firme el cielo, la luna y estrellas son el referente.

Aquí en el terraplén y en el muelle fiscal las barcazas, pangas y plataneros son gobernados por los flujos y reflujos del astro plateado.

Aquí no existen itinerarios, horas, ni partidos, ni boletos ni filas. No hay días sino momentos.

La vida te lleva y te trae, sobre el agua, bajo el cielo, navegando con la luna, siempre en luna, luna de Otoque.

11 de noviembre de 1993

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