Museo Antropológico: piezas nuevas para nuevos resultados

Museo Antropológico: piezas nuevas para nuevos resultados. Orlando Acosta. Diciembre de 2014.

Los medios parisinos de septiembre del 2012 anunciaban que el museo del Louvre abría al público una nueva sección dedicada al arte islámico. La iniciativa - con el apoyo del estado europeo que mayor presupuesto asigna a la cultura- destinó unos 131 millones de dólares provenientes – entre otros- de aportes de países como Arabia Saudita, Marruecos, Kuwait, Omán y Azerbaiyán. La colección ocupa unos 3.000 metros cuadrados en dos niveles- para recorrer bajo la exhibición de 3,000 piezas- un atisbo del arte islámico desde el siglo VII hasta el siglo XIX.
Bajo dimensiones guardadas y magnificado por el olvido y desinterés, el INAC anuncia públicamente que el rescate del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz tardaría más de cinco años en completarse; y con escasos 300,000 balboas, queda entre los panameños la posibilidad de que tal vez nunca abra sus puertas.
Para los conocedores del tema “el reflote del naufragio de la mayor colección arqueológica” de Panamá es un proyecto de mediano y largo plazo y de una inversión millonaria. Un resultado de excelencia no se sustentará en ese plazo ni con ese monto de inversión. Un museo decente, no se arma en cinco años ni con tres reales. Un museo de excelencia es un proyecto de Estado. No es un proyecto de un solo soplo; es de etapas o fases y de una inversión intergubernamental.
La falta de recursos, además de la condición del edificio del Ferrocarril- entre otras razones- son argumentos que el INAC presenta para anunciar que probablemente no se hará nada. Es sabido que las condiciones del edificio es resultado de la irracionalidad de las decisiones sobre su uso y de las propuestas bajo las cuales se ha intervenido. Dicho en otras entregas, el edificio pasa de Estación de Tren a depósito de vacunas; de alberge de damnificados a museo. El problema de hoy es justamente esa irracionalidad de usos y las intervenciones para habilitarlo. Las modificaciones no han sido cónsonas con su vocación y su origen. Un siglo más tarde desde su construcción seguimos sin entender para qué fue este edificio y no podemos contestar lo obvio: para qué nos sirve hoy. Insistir en reabrir el MARTA en el deteriorado edificio puedes ser otro desatino. Recomiendo al INAC y los expertos en hacer una evaluación técnica de su estado para conocer su condición y decidir si es coherente invertir recursos para revertir el deterioro y acondicionarlo para un museo. El estudio debe realizarse en base a la vocación del inmueble, el cual debe alcanzar el entorno urbano donde se encuentra y que revierta, no solo el deterioro del mismo, sino que impulse la recuperación de uno de los espacios urbanos más emblemáticos y más desvencijados de la ciudad. El uso propuesto debe reconocer la vocación del entorno en que está emplazado y que la inversión, por ejemplo, impulse un desarrollo planificado y bajo un objetivo más allá del cultural. La evaluación de la intervención en uno de los espacios más importantes -como lo es la Cinco de Mayo- debe incluir un análisis urbano y funcional que logre articular importantes servicios y espacios abiertos. Evaluar el edificio fuera de su contexto urbano será otro desatino.
Sugiero que la intervención del edificio -declarado monumento histórico- debe tomar el impulso de uno de los proyectos de transporte metropolitano más importante – después de la ampliación del Canal de Panamá- y que es el Metro de Panamá. La inversión podría articular otras acciones de renovación urbana y de integración de espacios abiertos como la Cinta Costera, la Plaza Cinco de Mayo y la recuperación de la peatonal y del Casco Viejo. Financieramente el edificio puede ser rehabilitado con el incremento del valor del suelo que generó el Metro (plusvalía) y pagado por el Metro de Panamá y por los ciudadanos. Este incremento del valor del suelo por el Metro podría pagar un nuevo Museo Arqueológico para Panamá. Bajo este esquema, el Metro no solo movería gente, sino también cultura.
No vamos a tener nuevos resultados pensando como en el pasado y repitiendo el mismo esquema, tal vez equivocado, sin tener una lectura de las nuevas condiciones urbanas y de las necesidades culturales de los ciudadanos. El edificio de la estación del Ferrocarril podría intervenirse para integrarse a los servicios de transporte y ofrecer facilidades a los usuarios del Metro. Podría ofrecer servicios de transferencia, restaurantes y amenidades culturales- como una exposición temporal y de carácter urbano- que lograra explicar a las gentes del transporte una dimensión urbana de esta ciudad.
El edificio difícilmente podría acoger la colección arqueológica está compuesta por más de 20 mil piezas, entre oro, cerámicas, monolitos las cuales están embaladas y guardadas- número que no incluye los tesoros de El Caño cuya condición y destino no se conoce aún. Invito a los administradores del INAC a pensar fuera de la caja. No tendremos resultados innovadores repitiendo los mismos errores del pasado. Tomemos el rompecabezas del MARTA y con piezas nuevas, intentemos construir una nueva ciudad y otro museo. La intervención del edificio podría ser un hito urbano y objeto de orgullo y no expresión de tristeza y símbolo de una sociedad ignorante, abandonada y decadente.

Entradas populares de este blog

Al notable panameño conocido como El Darienita Universal, José de la Cruz Herrera.

De los proyectos urbanos, la cinta costera y de la verdolaga en nuestras playas.