COLON UNA CIUDAD EN EL OJO DE LA TORMENTA
http://www.prensa.com/impreso/opinion/colon-ciudad-ojo-tormenta-orlando-acosta-patino/387132
RENOVACIÓN EXCLUYENTE
Colón, una ciudad en el ojo de la tormenta: Orlando Acosta Patiño
ORLANDO ACOSTA PATIÑO
opinion@prensa.com
05/09/2014 - El reciente anuncio que hizo el responsable del Ministerio de Vivienda de que se reconstruirá la ciudad de Colón responde a las promesas de campaña del Sr. Presidente, pero es visto como una irrupción a la institucionalidad y las normas arquitectónicas.
Esta acción encierra en sí misma un planteamiento ideológico y económico. La propuesta de crear otra ciudad de Colón, fuera del recinto histórico de la isla de Manzanillo lanzará a la población hacia la periferia, lejos de los servicios y las facilidades urbanas. Tal propuesta parece estar guiada y vinculada a las élites económicas que se beneficiarán de las bondades de una acción de conservación patrimonial a posteriori, justo como sucede en el Casco Antiguo de la ciudad de Panamá.
Este planteamiento parece ser consecuente con las conclusiones a las que llegó el autor Eduardo Tejeira, en el artículo “Ciudad, patrimonio e identidad: Panamá y Colón”, publicado en la Revista Secuencia No. 81 de 2011, del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México, D.F., en el que sugiere que la conservación patrimonial se vincula a un beneficio económico.
El autor deduce que la conservación del patrimonio depende de las élites y de sus intereses. Bajo el contexto de una institucionalidad debilitada por parte del Instituto Nacional de Cultura y de su Dirección Nacional del Patrimonio Histórico, sin presencia territorial.
La posible recuperación a la que nos referimos ahora, pareciera corroborar lo que afirma el autor. Este sería el trasfondo que sitúa a la ciudad de Colón en el ojo de la tormenta, por tratarse de un escenario difícil de combatir o controlar, bajo un escenario dominado por los intereses económicos.
La alternativa de rehabilitar las 250 hectáreas de un territorio habilitado con calles, redes de servicios y de energía, y con magníficos espacios abiertos al mar no iría dirigida a beneficiar a los actuales habitantes. Al contrario, se aprovecharía tal “limpieza social” como una solución que permitirá la apropiación de la riqueza edilicia y los beneficios de la mejor localización urbana en el Atlántico.
Esta estrategia de intervención no hará sino acrecentar las iniquidades urbanas, detrás de las que están los grandes capitales, prestos a movilizar importantes recursos económicos, con tal de hacer efectivo el lanzamiento de la población del casco urbano fuera de la isla Manzanillo, y reubicarla en territorios impersonales y sin memoria.
Lejos de proponer un desarrollo equitativo de los beneficios que genera la ciudad y de empoderar a sus habitantes, la propuesta de intervención urbana que nos ocupa los alejará de su condición de ciudadanos y desarticulará del vínculo cultural que ocuparon durante décadas.
Además de inventar un proyecto de renovación, este pareciera ignorar los importantes productos e instrumentos de planificación que ya existen, gracias a la gestión de recursos oficiales y a la cooperación internacional, y que analizan la complejidad económica, social, arquitectónica y territorial de la ciudad de Colón.
RENOVACIÓN EXCLUYENTE
Colón, una ciudad en el ojo de la tormenta: Orlando Acosta Patiño
ORLANDO ACOSTA PATIÑO
opinion@prensa.com
05/09/2014 - El reciente anuncio que hizo el responsable del Ministerio de Vivienda de que se reconstruirá la ciudad de Colón responde a las promesas de campaña del Sr. Presidente, pero es visto como una irrupción a la institucionalidad y las normas arquitectónicas.
Esta acción encierra en sí misma un planteamiento ideológico y económico. La propuesta de crear otra ciudad de Colón, fuera del recinto histórico de la isla de Manzanillo lanzará a la población hacia la periferia, lejos de los servicios y las facilidades urbanas. Tal propuesta parece estar guiada y vinculada a las élites económicas que se beneficiarán de las bondades de una acción de conservación patrimonial a posteriori, justo como sucede en el Casco Antiguo de la ciudad de Panamá.
Este planteamiento parece ser consecuente con las conclusiones a las que llegó el autor Eduardo Tejeira, en el artículo “Ciudad, patrimonio e identidad: Panamá y Colón”, publicado en la Revista Secuencia No. 81 de 2011, del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México, D.F., en el que sugiere que la conservación patrimonial se vincula a un beneficio económico.
El autor deduce que la conservación del patrimonio depende de las élites y de sus intereses. Bajo el contexto de una institucionalidad debilitada por parte del Instituto Nacional de Cultura y de su Dirección Nacional del Patrimonio Histórico, sin presencia territorial.
La posible recuperación a la que nos referimos ahora, pareciera corroborar lo que afirma el autor. Este sería el trasfondo que sitúa a la ciudad de Colón en el ojo de la tormenta, por tratarse de un escenario difícil de combatir o controlar, bajo un escenario dominado por los intereses económicos.
La alternativa de rehabilitar las 250 hectáreas de un territorio habilitado con calles, redes de servicios y de energía, y con magníficos espacios abiertos al mar no iría dirigida a beneficiar a los actuales habitantes. Al contrario, se aprovecharía tal “limpieza social” como una solución que permitirá la apropiación de la riqueza edilicia y los beneficios de la mejor localización urbana en el Atlántico.
Esta estrategia de intervención no hará sino acrecentar las iniquidades urbanas, detrás de las que están los grandes capitales, prestos a movilizar importantes recursos económicos, con tal de hacer efectivo el lanzamiento de la población del casco urbano fuera de la isla Manzanillo, y reubicarla en territorios impersonales y sin memoria.
Lejos de proponer un desarrollo equitativo de los beneficios que genera la ciudad y de empoderar a sus habitantes, la propuesta de intervención urbana que nos ocupa los alejará de su condición de ciudadanos y desarticulará del vínculo cultural que ocuparon durante décadas.
Además de inventar un proyecto de renovación, este pareciera ignorar los importantes productos e instrumentos de planificación que ya existen, gracias a la gestión de recursos oficiales y a la cooperación internacional, y que analizan la complejidad económica, social, arquitectónica y territorial de la ciudad de Colón.