El Greco en Toledo.
Orlando Acosta. Septiembre de 2014
Este año Toledo - dentro de sus muros montados sobre el Torno del Tajo- celebra hasta diciembre de 2014 uno de los eventos artísticos que recuerda su universalidad.
La exhibición denominada El Greco en España celebra cuatrocientos años de la muerte del artista. En una experiencia inolvidable Portada tuvo el privilegio de gozar de esta mágica ciudad, cuyo clímax llega al adentrarnos a su universalidad mediante la historia, el arte y su gente.
La exhibición artística con el más extenso número de obras reunidas en Toledo nos recuerda al artista Doménikos Theotokópoulos (Candía 1541-Toledo 1614) conocido en el mundo del artístico como el Greco.
El Museo de Santa Cruz es una de las sedes o de los “espacios Greco” que albergan obras del artista. Allí en los recintos de este magnífico edificio se exhiben – sin ningún desperdicio- más de cien obras provenientes de entre treinta pinacotecas de alrededor del mundo. La posibilidad de ver juntas las obras de El Greco probablemente no será repetible.
El Museo de Santa Cruz se sitúa en un antiguo hospital que data de finales del siglo XV y primeros años del siglo XVI. El edificio es una de las obras maestras del Renacimiento español producida por el arquitecto Alonso de Covarrubias, cuya belleza y majestuosidad justifica por sí mismo su visita. El recinto abarrotado de visitante de todo el mundo han agotado tanto las entradas al museo y la disponibilidad de los catálogos de la exhibición. El aforo registra –solamente en el Museo de Santa Cruz- más de 1, 100,000 visitas.
La celebración de El Greco en España se le reconoce como el evento artístico más importante en Europa que discurre en el 2014. El evento incluye muestras en la Sacristía de la Catedral de Toledo, la Capilla de San José, el convento de Santo Domingo el Antiguo, La Iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tavera. Allí se pudieron apreciar originales de su obra teñidas de influencias de Tiziano y otros maestros del renacentismo italiano.
El Greco se le cataloga como uno de los pintores universales de la civilización occidental. Su obra está diseminada por todo el planeta y lo que se muestra en el Museo de Santa Cruz este año 2014, reúne la mayor exposición del pintor en la historia que celebra los 400 años de la muerte del artista.
El Greco vive y pinta en Toledo a partir de los 36 años, cuando decide, luego de un período de aprendizaje en Italia, radicarse de manera permanente en esta ciudad. Es en Toledo donde produce la mayoría de su obra que se caracteriza por motivos religiosos y bajo encargo de la monarquía y personeros eclesiásticos entre finales del siglo XVI y principios del XVII que es cuando el Greco produce el máximo de sus obras. Su extensa producción artística junto con su acción de otros nobles lleva la ciudad a la categoría de sede Imperial.
Hablar del Greco es abordar un polémico escenario donde la obra de ésta artista rompe con paradigmas estéticos que permean la apreciación pictórica doscientos años más tarde después de su muerte. El Greco en vida y luego de su muerte, se le tildó hasta de excéntrico y ocupó –por mucho tiempo- un lugar marginal en el mundo del arte. El Greco tiene una interesante vida donde la producción artística recorre los caminos bizantinos y renacentistas para decantarse en un estilo propio que se transforma en el eje polémico de su propuesta artística.
Esta visita a Toledo fue abrumadora por la humanidad que encierran sus calles y edificios, por su gente y por su aporte universal. Conocida como “la ciudad imperial” por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I y también como “la ciudad de las tres culturas”, por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes. La historia de Toledo se remonta a la edad del bronce pasando por dominaciones romanas, visigodas, musulmanas y cristianas con una larga vida que discurre sobre casi 2,000 años de historia y civilización. Estar en Toledo, contener las lágrimas y recorrer sus calles. además de apreciar el arte del Greco, fue un privilegio
Este año Toledo - dentro de sus muros montados sobre el Torno del Tajo- celebra hasta diciembre de 2014 uno de los eventos artísticos que recuerda su universalidad.
La exhibición denominada El Greco en España celebra cuatrocientos años de la muerte del artista. En una experiencia inolvidable Portada tuvo el privilegio de gozar de esta mágica ciudad, cuyo clímax llega al adentrarnos a su universalidad mediante la historia, el arte y su gente.
La exhibición artística con el más extenso número de obras reunidas en Toledo nos recuerda al artista Doménikos Theotokópoulos (Candía 1541-Toledo 1614) conocido en el mundo del artístico como el Greco.
El Museo de Santa Cruz es una de las sedes o de los “espacios Greco” que albergan obras del artista. Allí en los recintos de este magnífico edificio se exhiben – sin ningún desperdicio- más de cien obras provenientes de entre treinta pinacotecas de alrededor del mundo. La posibilidad de ver juntas las obras de El Greco probablemente no será repetible.
El Museo de Santa Cruz se sitúa en un antiguo hospital que data de finales del siglo XV y primeros años del siglo XVI. El edificio es una de las obras maestras del Renacimiento español producida por el arquitecto Alonso de Covarrubias, cuya belleza y majestuosidad justifica por sí mismo su visita. El recinto abarrotado de visitante de todo el mundo han agotado tanto las entradas al museo y la disponibilidad de los catálogos de la exhibición. El aforo registra –solamente en el Museo de Santa Cruz- más de 1, 100,000 visitas.
La celebración de El Greco en España se le reconoce como el evento artístico más importante en Europa que discurre en el 2014. El evento incluye muestras en la Sacristía de la Catedral de Toledo, la Capilla de San José, el convento de Santo Domingo el Antiguo, La Iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tavera. Allí se pudieron apreciar originales de su obra teñidas de influencias de Tiziano y otros maestros del renacentismo italiano.
El Greco se le cataloga como uno de los pintores universales de la civilización occidental. Su obra está diseminada por todo el planeta y lo que se muestra en el Museo de Santa Cruz este año 2014, reúne la mayor exposición del pintor en la historia que celebra los 400 años de la muerte del artista.
El Greco vive y pinta en Toledo a partir de los 36 años, cuando decide, luego de un período de aprendizaje en Italia, radicarse de manera permanente en esta ciudad. Es en Toledo donde produce la mayoría de su obra que se caracteriza por motivos religiosos y bajo encargo de la monarquía y personeros eclesiásticos entre finales del siglo XVI y principios del XVII que es cuando el Greco produce el máximo de sus obras. Su extensa producción artística junto con su acción de otros nobles lleva la ciudad a la categoría de sede Imperial.
Hablar del Greco es abordar un polémico escenario donde la obra de ésta artista rompe con paradigmas estéticos que permean la apreciación pictórica doscientos años más tarde después de su muerte. El Greco en vida y luego de su muerte, se le tildó hasta de excéntrico y ocupó –por mucho tiempo- un lugar marginal en el mundo del arte. El Greco tiene una interesante vida donde la producción artística recorre los caminos bizantinos y renacentistas para decantarse en un estilo propio que se transforma en el eje polémico de su propuesta artística.
Esta visita a Toledo fue abrumadora por la humanidad que encierran sus calles y edificios, por su gente y por su aporte universal. Conocida como “la ciudad imperial” por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I y también como “la ciudad de las tres culturas”, por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes. La historia de Toledo se remonta a la edad del bronce pasando por dominaciones romanas, visigodas, musulmanas y cristianas con una larga vida que discurre sobre casi 2,000 años de historia y civilización. Estar en Toledo, contener las lágrimas y recorrer sus calles. además de apreciar el arte del Greco, fue un privilegio
