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NTIGUA SEDE DEL REINA TORRES ARAÚZ

De museo a depósito

El Inac estima que para rehabilitar el edificio se necesitan $3 millones. Actualmente no tiene las condiciones para presentar exposiciones.
HISTORIA. Originalmente el edificio fue la estación del ferrocarril interoceánico, luego fue destinado como museo en el año 1976. Ahora es un centro de almacenaje y sede de dos pequeñas escuelas, y lo rodea una parada improvisada. LA PRENSA/Roberto Cisneros.
22/12/2013 - Las antiguas instalaciones del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz, ubicadas en la plaza 5 de Mayo, tienen hoy múltiples usos por parte del Instituto Nacional de Cultura (Inac).
El edificio se utiliza como depósito de piezas históricas y de enseres de oficina. Además, alberga en pequeñas aulas la escuela de teatro, mientras que en el segundo piso opera con más espacio la escuela de ballet.
La histórica estructura se construyó entre 1912 y 1913. Fue la estación del ferrocarril interoceánico hasta mediados de la década de 1950, cuando revirtió a Panamá.
La edificación en manos panameñas se convirtió a partir del 15 de diciembre de 1976 en la sede del museo Reina Torres de Araúz.
Por su importancia, hace 17 años fue declarado Monumento Histórico Nacional mediante la Ley No. 37 de 1996. Sin embargo, esa categoría contrasta con la decadencia que actualmente presenta la estructura.
A principios de mes, durante una visita a este lugar se observaron recintos donde reposan piezas de Carnaval, muñecos de hielo seco y mobiliario de oficina para su descarte.
En las salas de la planta baja se constató que las instalaciones eléctricas están oxidadas, y que a pesar de esa irregularidad fueron colocadas luminarias nuevas.
En el pasillo hay un ascensor que, según los funcionarios, no opera desde 1990, sin que ninguna de las sucesivas administraciones haya mostrado interés en repararlo o sustituirlo.
Por otro lado, en los salones donde se dictan clases de teatro hacen falta baldosas en el piso, mientras que los estudiantes consideran que allí el espacio es muy estrecho para sus actividades.
De igual modo, fisuras, moho, cañerías oxidadas y la falta de pintura en casi todas las instalaciones salta a la vista. Incluso las escaleras laterales están clausuradas.
Actualmente, tras la mudanza de piezas de orfebrería, cerámica, lítica y etnográfica de la sede del Reina Torres de Araúz en Llanos de Curundú, corregimiento de Ancón, a la plaza 5 de Mayo, las oficinas de planta baja están llenas de cajas.
Durante un recorrido de este medio, el pasado miércoles, se observó a tres funcionarios tratando de poner orden en el sitio.

LO MEJOR ENTRE LO PEOR
A pesar de las condiciones estructurales del museo en la plaza 5 de Mayo, piezas arqueológicas, antropológicas y etnografías regresaron allí.
Al cuestionar a la directora del Inac, María Eugenia Herrera, sobre la decadencia en que está el edificio, expresó “cuando yo llegué estaba peor. Eso sí era un escándalo; estaba horrible”.
La funcionaria señaló que el traslado es temporal y obedece a la construcción de la Ciudad de las Artes, razón por la cual las más de 23 mil piezas, entre oro, cerámicas y monolitos permanecerán embaladas hasta 2016 cuando finaliza el proyecto.
No obstante, Herrera admitió que estas infraestructuras no reúnen las condiciones necesarias para organizar una exhibición.
Estimó que antes de mayo próximo se instalarán nuevas ventanas y se rehabilitará el techo, pues ya cuentan con el dinero para esas reparaciones, pero no especificó el monto.
En tanto, la institución estima que para rehabilitar el edificio se necesitan $3 millones.
Durante la administración de Herrera las piezas del Reina Torres de Araúz no han sido exhibidas. La última vez que se expusieron piezas de oro, cerámicas e incluso estatuarias del Sitio de Barriles, fue en 2006 cuando fue mudado a Llanos de Curundú.

FALLAS DE VIEJA DATA
La exdirectora del Inac Ana Elena Porras recordó que durante su administración, en 1996, la sede del museo contaba con tres salas de exhibición permanentes y una temporal. Además de la sala del oro.
También había una biblioteca especializada en historia y antropología de Panamá, depósitos de exhibiciones y un taller de restauración de piezas precolombinas, pero varios de esos departamentos ya no existen.
Porras reconoció que en su rápida gestión administrativa [tres meses], el museo, en la plaza 5 de Mayo, fue cerrado, porque ya presentaba fallas estructurales.
Fue la segunda vez que el museo cerró; la primera vez fue en 1989, cuando la invasión.
Ya en esa época la exhibición estaba muy deteriorada, principalmente por la humedad y la falta de un acondicionador de aire.
Las administraciones siguientes nunca reabrieron el museo en su totalidad. No obstante, de 1999 a 2005 estuvo abierto parcialmente, ya que fue administrado por un patronato creado en 1998 y disuelto en 2000.
El museo retornó a la administración del Inac, cuando Carlos Fitzgerald era director nacional de Patrimonio Histórico. En noviembre de 2000 se reabrió parcialmente y se remodeló la sala del oro, la cual fue objeto de robo en febrero de 2003. También hubo exhibiciones temporales.
De acuerdo con Fitzgerald, el cambio de la dirección del Inac a finales de 2002 y la crisis institucional generada por el denominado “robo del Centenario” hizo imposible la apertura de exposiciones.
Desde hace 10 años, quienes han administrado este edificio coinciden en que no era apto para su función debido a filtraciones, tuberías dañadas y el riesgo de inundaciones en las bodegas.
Para Fitzgerald, entre 2006 y 2013, el antiguo museo ha cambiado internamente y perdió la esencia de la restauración hecha en 1976. “El edificio fue desfigurado, se le agregó una cerca de metal en la fachada y se perdió el sentido histórico del inmueble, ya sea como estación del tren o como museo” (ver enfoque).
En tanto, el exdirector de del museo Tomás Mendizábal señaló que en 2006 a esta infraestructura “había que meterle la mano” y solo se acondicionó para que funcionara el Instituto Superior de Bellas Artes, pero ahora solo quedan dos escuelas.
Agregó no estar de acuerdo con que las piezas arqueológicas volvieran de Llanos de Curundú a la plaza 5 de Mayo.
Como consultor para el proyecto Ciudad de las Artes, en la parte arqueológica recomendó que todo ese material permaneciera en su nueva sede.
Mientras tanto, el arquitecto Eduardo Tejeira Daivis indicó que esta no es la primera vez que estas instalaciones atraviesan por muchas peripecias, pues en la administración de Omar Torrijos Herrera no sabían qué hacer y surgió la idea de un museo.
Acotó que las autoridades debieran emprender un plan para su rescate, partiendo de mover la “cerca horrorosa” que le han puesto alrededor.

ENFOQUE

Atentado contra el patrimonio
DAÑO. Las autoridades arremetieron contra la norma de conservación patrimonial al permitir que los predios de la antigua estación del ferrocarril o exsede del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz fuera transformada en una parada temporal del Metro Bus. Es necesario retirar el parapeto de acero y las jaulas de malla expandida que han colocado frente a la fachada frontal y lateral de este monumento histórico. También es preciso restaurar el edificio para albergar una propuesta de carácter cultural que le devuelva la dignidad y el brillo a este deteriorado recinto. Para aprovechar este espacio se podría gestionar una propuesta cultural en esta zona deteriorada, pues tiene a su favor una alta afluencia de personas. Esto significa mejorar el espacio público con el retiro del tráfico de autos en el área, es decir, peatonizar la plaza 5 de Mayo. De esta manera se pondría en valor la antigua sede del ferrocarril, aumentando así la oferta cultural del país.
*El autor es urbanista


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