Vulnerabilidad del sistema de transporte y otras hierbas
Sirenas sin gemidos ni palabras- mudo canto que sólo oyó la muerte- clavaron
agonías en la noche. Incendio. Rogelio Sinán. 1944.
Millonarias
pérdidas materiales han sido reportadas por causa de un voraz fuego en uno de
los más populares centros comerciales de la ciudad de Panamá. Mientras la densa nube de humo blanco cubría la ciudad
-un olor a quemado pregonaba los visos de un desastre- miembros de la Policía Nacional
se enfrascaban en una lucha contra miembros del benemérito Cuerpo de Bomberos. La crisis del alto costo de la vida, sumado a las malas condiciones de trabajo han
empujado a los Bomberos a enfrascamientos con la autoridad. Los Bomberos esa
tarde tiraban puñete por mejores equipos y salarioss. Mientras volaban golpes –tolete- entre policías
y bomberos, la ciudad parecía arder en
una gran pira.
Esa misma tarde
colapsó otra vez por el fuego- y no por el retiro de los diablos rojos- el
sistema de transporte metropolitano. El
siniestro aisló el acceso de toda la flota de transporte urbana e intraurbano. Por un asunto de seguridad y resultado por el siniestro, la mayoría de la población quedo sin posibilidad
de trasladarse a sus destinos. Toda la población
del sector Oeste, Centro y Este de la ciudad quedó aislada, confundida y
atolondrada. La función de movilidad urbana quedó supeditada a un tema
absolutamente previsible y además controlable. La confusión reinó en los predios de la
Terminal de Transporte y Albrook Mall y se extendió por toda la ciudad.
Contiguo al
centro comercial se encuentra la terminal del Pacífico del complejo de puertos
de Balboa que es parte del recinto portuario más importante de la región. El
sistema de puertos de Panamá y el terminal por el Pacífico quedó afectado por la aglomeración de
autobuses que se localizaron a lo largo de la vía Omar Torrijos. El troncal de vías que conduce a los puertos
y la salida hacia el Puente de Las Américas así como el acceso hacia el sector
de Diablo y Corozal – instalaciones operativas del Canal de Panamá-también quedaron
aislado por el fuego del Madisson Store.
Peritajes
posteriores muestran que las normas de seguridad del Cuerpo de Bomberos no
fueron cumplidas y la extensión y daños del fuego pudo haberse evitado, o al
menos reducido el impacto de las millonarias pérdidas. Ahora las preguntas indeseables- y que
algunos de mis lectores me reclaman como recurso reflexivo- ¿Dónde quedó la institucionalidad que hace valer la norma
de seguridad? ¿Dónde están los
estándares de seguridad que las empresas inmobiliarias aplican en la
construcción de los centros comerciales?
¿Bajo las
actuales condiciones –evidenciadas recientemente- se constituyen estos Malls
una trampa de muerte para los consumidores? ¿Dónde quedaron los ejercicios de evaluación y los planes de
contingencia y los simulacros que son parte de las estructuras operativas de
Centros Comerciales y Terminales de
Transporte Metropolitano en ciudad de Panamá?
Quedo
demostrado que por un siniestro -que pudo ser evitado y manejado- quedó en
evidencia la frágil vulnerabilidad del sistema de transporte urbano- columna
vertebral- de la región metropolitana de la República, el funcionamiento de
los puertos y parte de las instalaciones
del Canal de Panamá.
Quedó
demostrado otra vez que no existen planes de contingencia para mitigar
situaciones absolutamente previsibles como un fuego en la bodega de una tienda
de departamentos y cuyo efecto tuvo implicaciones para el complejo urbano y la economía
de servicios nacional y de transporte internacional.
El sistema
de transporte urbano metropolitano, los puertos y el Canal de Panamá son todas
actividades de extrema sensibilidad, así como lo es el sistema de distribución de
energía-que paradójicamente también quedo vulnerable- dizque por el fuego de
unos cañaverales en los llanos de Coclé- hace unas semanas atrás, sumando
pérdidas millonarias por la paralización de toda la industria productiva y de
servicios del país entero.
¿Quién es
responsable de velar por la seguridad de los servicios de los ciudadanos y de
la confiabilidad de los servicios de transporte, energía y más allá el de los clientes
de los puertos de Panamá y los usuarios de los servicios del Canal?