Ciudad en llamas, vulnerabilidad social y otras hierbas.
El incendio en el relleno sanitario de Cerro Patacón pone en evidencia otras coasa candentes en el tapete de desarrollo.......
Sirenas sin gemidos ni palabras- mudo canto que sólo oyó la muerte- clavaron
agonías en la noche. Incendio. Rogelio Sinán. 1944.
La atmosfera sobre la brillante ciudad de
Panamá amanece cubierta de una densa bruma.
algunas escuelas han cerrado y decenas de hectáreas del relleno
sanitario metropolitano arden. Partículas tóxicas-en concentraciones
desconocidas- por una combustión incompleta han sido liberadas a la atmosferas:
dioxinas, furanos y una lista indeterminada de compuestos nocivos son lanzadas
a la atmosfera. La autoridad del Sistema
de Protección Civil- aullando por los medios de comunicación- niega la
toxicidad de los humos que exhala Cerro Patacón- el Ministro de Salud lo contradice. y exhibiendo crasa ignorancia contradice los argumentos de representantes del
Ministerio de Salud. Nadie sabe nada
sobre las consecuencias de los humos que emanan de Cerro Patacón en llamas. Esto
me preocupa, pues queda se exhibe ignorancia y las responsabilidades de
protección civil también quedan en cuestionada veracidad. Por otro lado la incapacidad de control de
incendios por parte de la autoridad responsable ha resultado ineficiente, quedando demostrada la necesidad de invertir
en equipos y entrenamiento para los bomberos.
El fuego
sigue. Semanas atrás millonarias pérdidas materiales quedan por reportar por
causa de un voraz fuego en uno de los más populares centros comerciales de Panamá. Una densa nube de humo blanco cubrió la
ciudad el viernes pasado -un olor a quemado pregonaba los visos de un desastre-
y los miembros de la Policía Nacional se enfrascaban en una lucha contra
miembros del benemérito Cuerpo de Bomberos.
La crisis del alto costo de la vida, sumado a las malas condiciones de trabajo han
empujado a los Bomberos a enfrascarse en las calles con la autoridad. Los
Bomberos esa tarde tiraban puñete en aspiración- no de humo- pero sí, por
mejores equipos y salarios. Mientras
volaban golpes –tolete- entre policías y bomberos, la ciudad ardía en una gran pira.
Esa misma tarde
colapsó - y no por el retiro de los diablos
rojos- el sistema de transporte metropolitano.
El siniestro aisló el acceso de toda la flota de transporte urbana e
intraurbano. Por un asunto de seguridad
y resultado por el siniestro, la mayoría de la población quedo sin
posibilidad de trasladarse a sus destinos.
Toda la población del sector Oeste, Centro y Este de la ciudad quedó confundida
y atolondrada. La función de movilidad urbana quedó supeditada a un tema
absolutamente previsible y además controlable. La confusión reinó en los predios de la
Terminal de Transporte, los puerto y el Canal de Panamá.
El sistema
de puertos de Panamá y el terminal por el Pacífico quedó afectado por la aglomeración de
autobuses que se localizaron a lo largo de la vía Omar Torrijos. El troncal de vías que conduce a los puertos
y la salida hacia el Puente de Las Américas así como el acceso hacia el sector
de Diablo y Corozal – instalaciones operativas del Canal de Panamá-también quedaron
aislado por el fuego del Madisson Store.
Peritajes
posteriores muestran que las normas de seguridad del Cuerpo de Bomberos no
fueron cumplidas y la extensión y daños del fuego pudo haberse evitado, o al
menos reducido el impacto de las millonarias pérdidas. Ahora las preguntas indeseables- y que
algunos de mis lectores me reclaman como recurso reflexivo- ¿Dónde quedó la institucionalidad que hace valer la norma
de seguridad y manejo del relleno sanitario de Cerro Patacón? ¿Cuál es la
responsabilidad del Sistema Nacional de Protección Civil y de Salud ante una
amenaza proveniente de la atmosfera y resultado del incendio del relleno
sanitario?
¿Bajo las
actuales condiciones –evidenciadas recientemente- se constituyen centros
comerciales en una trampa de muerte para los consumidores? ¿Dónde están los estándares de seguridad que
las empresas inmobiliarias aplican en la construcción de los centros
comerciales? ¿Dónde quedaron los ejercicios de evaluación y los planes de
contingencia y los simulacros que son parte de las estructuras operativas de
Centros Comerciales y Terminales de Transporte
Metropolitano en ciudad de Panamá?
Quedo
demostrado que por un siniestro -que pudo ser evitado y manejado- la
frágil vulnerabilidad de la ciudad de Panamá, del sistema de transporte urbano-
columna vertebral- de la región metropolitana, el funcionamiento de los puertos y parte de las instalaciones del
Canal de Panamá.
El sistema
de transporte urbano metropolitano, los puertos y el Canal de Panamá son todas
actividades de extrema
sensibilidad, así como lo es el sistema
de distribución de energía-que paradójicamente también quedo vulnerable- dizque
por el fuego de unos cañaverales en los llanos de Coclé- sumando pérdidas
millonarias por la paralización de toda la industria productiva y de servicios
del país entero.
¿Quién es
responsable de velar por la seguridad de los servicios de los ciudadanos y de
la confiabilidad de la información sobre la salud humana, los servicios de transporte, energía y más
allá el de los clientes de los puertos de Panamá y los usuarios de los
servicios del Canal? Mientras, en Roma, el
Presidente de la República, toma el té con su esposa junto al Papa y hablan de
la primera diócesis en tierras americanas.