La cultura hace agua
http://www.prensa.com/impreso/opinion/la-cultura-hace-aguas-orlando-acosta/144681
El Ministro de Turismo anunció la asignación de dos millones de dólares para la vacua fiesta del Carnaval de City del 2013, actividad que deja beneficios ocultos en bolsillos privados a punta de inversión publica. Aun no son públicos los informes sobre cómo se invierten las platas de los carnavales antes de que el Jumbo Man le quitara el trono al Rey Momo.
El Ministro de Turismo anunció la asignación de dos millones de dólares para la vacua fiesta del Carnaval de City del 2013, actividad que deja beneficios ocultos en bolsillos privados a punta de inversión publica. Aun no son públicos los informes sobre cómo se invierten las platas de los carnavales antes de que el Jumbo Man le quitara el trono al Rey Momo.
El Ministerio de Turismo se
prepara para informar sobre las toneladas de basura por barrer y registrar las
obscenas imágenes que prepara el populacho
capitalino borracho y procaz ante los turistas atónitos, mientras los recursos
culturales del Parque Arqueológico de El Caño se sumerge en las aguas
desbordadas de los ríos de Coclé.
Les refresco a los lectores sobre los hallazgos anunciados
en enero de este año, denominados por la
edición de la revista National Geographic
como El Dorado de Panamá. “Un equipo de arqueólogos realizó el hallazgo
más importante en Panamá en los últimos 70 años: un conjunto de tumbas con
grandes contenidos de oro y piedras preciosas que fue llamado por sus
descubridores “El Dorado de Panamá”, en alusión a la mítica ciudad repleta de
oro que buscaron los primeros exploradores españoles en América. Les comparto
que en el pasado Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología, de la semana pasada,
soltaron la primicia de que la
exhibición del Dorado de Panamá, la encaraman en la mansarda del Museo del
Canal, único espacio decente para albergar una muestra de esta calidad.
Hace unas semanas las autoridades se persignaban ante
la noticia de que el edificio de la Catedral estaba en la ruina inminente. El INAC nos dio la triste noticia de que los
recursos para detener el deterioro del símbolo de la primera diócesis americana
no han sido asignados por el Estado. Santiago
de la Gloria, en Portobelo, aún tiene en el patio los
escombros del alud de lodo y piedra de la tormenta del 2010. Ni
hablar de San Lorenzo y Portobelo y la perdida de su categoría de patrimonio de
la humanidad el año pasado. Aun nos
falta el resultado de lo que será el destino del Casco Viejo y Panamá viejo
luego de la fase III de la cinta costera y de lo que resulte de la vialidad en
la Cincuentenario.
Mientras los medios de comunicación revelan la
millonaria cifra que serán tiradas a las calles de la ciudad de Panamá en el
carnaval del 2013 para que el populacho borracho se mene al ritmo de los
arengadores de las tarimas de carnaval, la labor del Instituto Nacional de
Cultura se ahoga en agua en los llanos de Coclé, se vuelven goteras en los techos de la
Catedral Metropolitana o bien esquiva los compromisos para conservar los sitios
de patrimonio mundial.
Todo esto sucede mientras los Honorables Diputados
recortan el presupuesto de inversión del INAC y los administradores del Museo
Antropológico Reina Torres de Araúz apuntalan esfuerzos para exhibir junto con
el Despacho de la Primera Dama copias doradas de cartón faraónico.
Amerita un par de líneas la asignación de 54 millones
para la Ciudad de Las Artes anunciado esta semana. Todavía sigo sin entender
cuál es el rumbo de la política de cultura panameña. Parece que el business sigue vivo para los diseñadores de la Tusa Financiera, a
quienes no le bastaron los siete millones arrebatados del erario publico, sino
que también harán los diseños de la Ciudad de las Artes. ¡Good for them! Dirán por
allí. Mientras la colección arqueológica del Museo Antropológico Reina Torres
de Araúz sigue su destino en forma de cajeta esperando mejores días. Prometo unas líneas sobre este tema próximamente.
Las visiones sobre la capacidad de hacer negocio con
la cultura se limita a apoyar una fiesta hueca de un carnaval sin fondo ni
sentido. La cultura panameña hace aguas y parte de la sociedad panameña mira atónica la asignación de recursos para acompañar los
estridentes y bochornosos espectáculos de agua, guaro y campana para los
Carnavales de la City.
Mientras sigamos siendo gobernados por la mediocridad miope,
ambiciosa e ignorante la posibilidad para los panameños tengamos la oportunidad
de valorar, conservar, apreciar y divulgar el patrimonio cultural panameño esperará
mejores días.