One American Journey fue una exposición fotográfica que narra nuestra la experiencia en los Estados Unidos bajo el alcance de  una beca de intercambio profesional bajo el programa Fulbright durante los años 2005-2066.  Estuvo expuesta en el atrio del Museo del Canal por dos semanas entre los meses de abril y mayo de 2011.  Fue posible gracias al apoyo directo de la Autoridad del Canal, la Embajada de los Estados Unidos, el Museo del Canal, BHT y otras personas que apostaron al proyecto.

La decisión de abrir al público una dimensión personal pasado cinco años,  ofrece la oportunidad de hacer una reflexión decantada de los lugares y momentos que viví entre la sociedad norteamericana compartiendo con gentes de todas partes del mundo.  Es lo que hoy decimos compartir.   

La selección de fotografías recoge un episodio importante de nuestra experiencia. Ese año de vivencias rompió  importantes esquemas que me permitió evaluar, resumir y completar información de mi universo cultural que había permanecido antes inconcluso e inconexo.   La experiencia Hubert Humphrey abre la mirada hacia otras dimensiones de una realidad global en la cual estamos inmersos.  

El programa Hubert. H. Humphrey (HHF) es parte de los programas de intercambio cultural y académico que ofrece a profesionales del mundo una experiencia de intercambio profesional en los Estados Unidos.  El establecimiento del Programa HHF  fue anunciado públicamente por el Presidente Jimmy Carter en marzo de 1978.  Desde entonces año más de 4,000 becarios de más de 157 países del mundo han participado en el programa.    

Es un programa de excelencia que reúne por un período de un año a cerca de 150 ciudadanos del mundo en universidades e instituciones de los Estados Unidos.  Es altamente competitivo y tiene un nivel de excelencia mundial.  Esta distinción la hace el Departamento de los Estados Unidos de Norteamérica la cual  ha recaído entre más de 35 premio Nóbel, estadistas, juristas, periodistas y personas notables de todo el planeta.    

Es así que el sentido de esta muestra fotográfica enfatiza la inspiración de Hubert Humphrey la cual honra la memoria del Senador Estadounidense por el Estado de Minessota  y  Vicepresidente de los Estados Unidos.  La visión  de este gobernante  toma forma y hace realidad el concepto que encierra en forjar  el entendimiento de las sociedades del mundo, construyendo una relación de  tolerancia con base a la diversidad cultural y sobre los temas profesionales que plantea una sociedad global.
 

Orlando Acosta Patiño 
Museo del Canal Interoceanico de Panamá Abril-Mayo 2011



bandera
8.5 x 22
the cloister
8.5 x 22

prometeo
8.5 x 22
pisos 1
8.5 x 22

pisos 2
8.5 x 22
puente 1
8.5 x 22
puente 2
8.5 x 22

sabiduria
8.5 x 22
atlas
17 x 22
crater lake
17 x 22
falling water 1
17 x 22
falling water 2
17 x 22
harlem
17 x 22
capitan america
17 x 22
libertad 1
17 x 22
one american journey
17 x 22
denver
17 x 22
 
 
recintos
17 x 22
 
saint john the divine 1
17 x 22
saint john the divine 2
17 x 22
saint john the divine 3
17 x 22
san patricio
17x22
 
 
 

Desde que lo conozco, Orlando Acosta Patiño se ha distinguido por saber mirar.  Sus muchas pasiones tienen como común denominador esa capacidad innata de observar, apreciar y reconocer.  Por ello, la muestra One American Journey nos permite compartir el sutil asombro de una experiencia vital muy especial. Viajar y luego contar lo que uno experimentó es uno de los placeres más acendrados de los humanos.  Así, la presente exhibición tiene el beneficio adicional de permitirnos intimar con un viajero que logró, en esa inmensidad inasible que pueden ser los EEUU, tocar base con algunas cosas fundamentales: conectarse y dar su interpretación de  las gentes y sus historias.

No fue su primer viaje a otros mundos, pues cuando el ingeniero y urbanista Acosta pisó por primera vez suelo norteamericano,  ya tenía largos caminos recorridos en otras tierras (America del Sur y Europa).  Sin embargo, dada la especial relación que existe entre Panamá y los EEUU y por su vinculación profesional, directa e indirecta con el Canal de Panamá, su entorno y el concepto mismo de la interoceanidad, es significativo el hecho que Orlando fuese distinguido con el honor de la beca Hubert Humphrey y tuviese la oportunidad de conocer de primera mano aquel país cuya tecnología, idioma y cultura mediática son tan preponderantes en el devenir, individual y colectivo de Panamá.

Orlando ha escrito mucho en los últimos años, en prensa y otros medios, afilando sus lápices con temas que van desde el urbanismo y la conservación de los recursos naturales, hasta la crítica ante la destrucción del patrimonio cultural panameño.  Pero no había nunca exhibido su arte fotográfico.  Los diferentes ensayos en los que se organiza la muestra también nos permiten compartir algunas propuestas conceptuales interesantes, que él deriva de su estadía, investigaciones y experiencias en los EEUU.  Dos hilos conductores se perciben: la experiencia migratoria y el producto de sus ciudades, espacios y estilos;  la construcción de la historia y por ende del legado patrimonial.  Una  discusión gráfica entre espacio y sociedad.  

La experiencia personal, y referida a esa condición de migrante, al cual él estuvo expuesto por primera vez en solio norteamericano, le  lleva a escudriñar   bajo  un toque lúdico-íntimo: la visita a la tumba de La Lupe.  Yolanda Guadalupe Yoli cuyo arte escénico y música marcaron toda una generación e hitos en la producción artística de la cultura latina en la ciudad de Nueva York  y a quien Orlando rinde especial homenaje cómo ícono de los desfases dramáticos de un Manhattan  maravillosamente duro y frívolamente frío que le tocó visitar y vivir.  Y es que su experiencia de la vida académica en Rutgers State University  en la Edward J. Bloustein School of Planning and Public Policy  lo insertó por un buen rato el área metropolitana de NY-NJ, tan central y a la vez tan exótica al universo estadounidense.

Las fotos de esta muestra fueron registradas con una cámara de bolsillo, tecnología sencilla sin mayores alardes artísticos.  No comprenden una bitácora completa ni pretenden convencer a nadie de las virtudes o falencias del sistema norteamericano. Registran, eso si, matices, marcan sutilezas y configuran la memoria de una experiencia trascendental como pudo ser ese año especial. Orlando Acosta se encontró, como todo viajero, consigo mismo y supo valorar la universalidad por encima de la provincialidad.  Pero, sobre todo, su mirada es una que pone en perspectiva no se obnubila por la modernidad del imperio ni se empantana en la colonialidad de una relación desigual en la que él, como panameño incide profesional y personalmente.  Su visita y el contacto con otros ciudadanos del mundo durante ese año también lo otorgan la posibilidad de tener una lectura menos simple y compleja de la realidad del planeta y sus habitantes. Encontrar el entendimiento mediante el conocimiento. Me enorgullece como amigo de la vida, colega por luchas y compañero de tantas aventuras comentar y recomendar este regalo visual y este testimonio de una experiencia profesional y educativa tan enriquecedora.

Carlos M. Fitzgerald Bernal – IVLP ’99  Abril de 2011.

 
 
 
 
 


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