Los reposteros del urbanismo en Panamá

Los reposteros del urbanismo en Panamá
ORLANDO ACOSTA*
xolikhan@yahoo.com
Hace 13 h 54 min H ace algunas semanas atrás hice una relación entre la actividad de los arquitectos y el oficio de repostero para traer en relevancia los aportes o desaciertos que profesionales y decisores hacen sobre el espacio urbano. La reflexión la hacía poniendo como referencia las intervenciones de algunos que han sido llamados en el mundo moderno como ‘imprescindibles’.

En esa oportunidad cité a Renzo Piazo (arquitecto y urbanista genovés) y sus contribuciones a la ciudad de Paris con sus diseños del Beauborg o Centro George Pompidou en el centro histórico de Paris, las intervenciones en el Potsdamer Platz de Berlín y la Opera de Lyon. Destacaba el artículo que la calidad de las propuestas de intervención de estos imprescindibles eran reflejo de una profunda reflexión y diálogo entre lo físico de la intervención, lo funcional y su entorno.

Amerita en esta entrega de opinión comentar sobre los aspectos éticos de la práctica profesional y del pobre análisis que se hace al insertar una estructura en el entorno urbano de la ciudad de Panamá. Sobre el tema del ejercicio de la arquitectura, hay varios aspectos o consideraciones que supongo deben ser tomados en cuenta al momento que se elaboran las propuestas de intervención. Es importante el tema físico—arquitectónico, el tema funcional y el tema normativo, entre algunos. Los especialistas podrán añadir más, pero considero estas como básicas.

Bajo estos tres aspectos, invito a hacer un ejercicio sencillo y tamicemos la propuesta de la Torre Financiera en la Avenida Balboa.

En lo físico arquitectónico y relacionado a la escala del edificio, no creo que la propuesta se integre al entorno inmediato. Los setenta o más pisos que adornan la altura de la Torre Financiera los considero discordante. No mencionaré los temas de eficiencia energética y la escala humana del diseño.

Con respecto al lenguaje y su relación con su entorno inmediato, esta no se habla ni con la estructura contigua—inmediata y condición patrimonial del Hospital Santo Tomás ni con el barrio de la Exposición.

En cuanto a la funcional el flujo vehicular y la demanda de espacio y servicios, la Torre saturará la capacidad de lo ofertado y desmeritará los servicios sociales por reemplazo de instalaciones hospitalarias y de salud pública. Sobre otros aspectos funcionales no agotaré letras, pues otros profesionales han presentado su análisis en foros públicos y otros medios.

Con respecto a la normativa, la propuesta de la Torre Financiera desconoce la protección al patrimonio cultural, al atreverse a invadir los jardines del nosocomio para poner una pata de la Torre, pellizcando solo ‘un pedacito’ del predio monumental. La propuesta violenta la normativa de protección patrimonial.

Con estos argumentos, ¿qué piensa Ud. de la Torre Financiera? Personalmente evaluó la propuesta de la Torre Financiera como un fracaso de diseño conceptual, físico—arquitectónico y funcional que violenta el cumplimiento del normativo. En palabras sencillas la Torre es fea, no es funcional, es invasiva e ilegal.

Lo que sí reconozco en el proyecto de la Torre es la oportunidad de lucro individual, que bajo la voz de grito y plata de sus promotores —perdidos en los espejismos de los egos— desconoce el valor colectivo de la ciudad como historia y ente orgánico. La propuesta desfigura mediante una práctica mediocre y no ética la imagen urbana, borrando la historia social y con el desparpajo de que solo hace gala a la mala práctica de la arquitectura y el urbanismo en Panamá.

*HUBERT HUMPHREY FELLOWSHIP.

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